La comercialización de animales livianos en el primer trimestre del año estuvo signada por la falta de lluvias, que generó una reacción en cadena. La escasez de precipitaciones puso en jaque a la producción forrajera, y de cara al invierno esta situación aceleró los destetes, con productores que buscan aliviar sus campos para evitar dificultades.
De esta manera, el aumento de oferta en invernada, que empezó a percibirse a mediados de febrero en los principales remates, se reflejó en una tendencia a la baja en los precios de ventas de livianos en las subastas ganaderas.
“En todos los formatos de remates se nota un incremento del 20% al 40% en la oferta de volumen de animales”, estimó Iván O´Farrel, presidente de la Cámara Argentina de Consignatarios de Ganado (CACG).
En materia de precios, y de acuerdo a estadísticas del Mercado de Liniers, en la comparativa interanual entre los meses de abril 2017 y 2018, el precio del ternero de 180-200 kilos registró un incremento en su cotización del 8,6%. En este período, en cambio, la inflación se ubicó por encima del 20%.
Las variables climáticas ya juegan su partido en el negocio ganadero, y en el caso de la invernada, el consignatario advirtió que “la seca aceleró ventas” y esa situación también influyó en los precios.
A esta tendencia deben sumarse el aumento del valor del maíz, y los incrementos en materia impositiva y en combustibles, que ajustan los márgenes de rentabilidad de los productores ganaderos.
En este escenario, la región del NEA fue donde los precios soportaron de mejor manera el embate negativo del clima, mientras que el NOA empezó a mostrar algún signo de recomposición sobre mediados de marzo.
De cara al segundo semestre, y con el interrogante climático como telón de fondo, O´Farrell pronosticó que puede haber un retroceso en la oferta de invernada, con una demanda que no será tan alta como en esta parte del año.
Pero el directivo estimó que habrá que seguir con atención lo que ocurra en 2019, porque se podrían percibir los efectos de las complicaciones del invierno que está por llegar, al que se va a ingresar con menores recursos forrajeros para los rodeos.
Consultado por la reciente resolución oficial que por 90 días reduce el peso mínimo de faena de hembras a 260 kilos, O´Farrell destacó que en un contexto complicado por la falta de forrajes, permite a los productores sacar a las terneras de los lotes con mayor anticipación.
Este será, entonces, el contexto que condicionará el negocio ganadero, que viene mostrando síntomas de recuperación desde el inicio del nuevo Gobierno, durante los próximos meses.
Fuente: El Clarin – Por Andrés Lobato