Con China como principal destino, las exportaciones de carne vacuna mantendrán durante el 2018 la tendencia positiva que se viene dando en los últimos años. Según una investigación de CREA, se espera que los envíos nacionales crezcan un 16% respecto al 2017, llegando a las 350.000 toneladas equivalentes carcasa. La tracción también de la Unión Europea prevé impulsar el negocio, ya que se afirma que este mercado tiene potencial de crecer en 5000 toneladas respecto al 2017, al igual que el mercado chileno (con 4000 toneladas). En el caso chino, se espera que en 2018 el país pueda colocar 30.000 toneladas más de carne, además de trabajar en protocolos para poder exportar carne enfriada sin hueso (actualmente se le vende carne congelada y de bajo valor), y en reducciones de aranceles (en la actualidad de 12,5%).
Pendiente también queda la apertura de mercados de alto valor como el de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. En base a lo sostenido por CREA, el comercio internacional de carne es de 9 millones de toneladas y se espera que crezca un 3% en 2018, producto de una economía global estable, con China continuando el crecimiento pero a tasas decrecientes, la Unión Europea recuperándose de la crisis y los países petroleros (demandantes de carne) con perspectivas de recuperación del precio del petróleo.
En el plano interno, se estima que se fortalecerá el consumo y la demanda vacuna. «Las perspectivas del negocio agrícola han caído frente a la última campaña. El precio esperado del maíz tiene una tendencia decreciente debido a stocks altos en los principales países exportadores (como Estados Unidos, Brasil o Argentina) y perspectivas de una buena cosecha en Sudamérica», sostuvo el informe, que proyecta un precio sostenido de los animales a faena, con posibilidades de suba del 1% al 4% en términos reales. Así, la producción de carne proyectada es de 280.000 toneladas equivalente carcasa, una cifra 2% inferior a la registrada en 2017.
Esta estimación se sustenta en que durante los dos últimos años se faenaron el 100% y el 106% del stock de novillos y novillitos existente al inicio de cada año. «Esto sucede porque la duración de las invernadas se ha cortado al punto de que se faenaron machos a una tasa mayor o igual de la que se produjeron los terneros»; la segunda cuestión es una reducción del stock de machos con respecto a 2017 de entre 300.000 y 400.000 cabezas, mientras que en tercer lugar, se espera que la faena de hembras aumente por una moderación de la retención. «La tasa de extracción de hembras proyectada para 2018 es de 18%; inclusive se podría llegar hasta el 19% sin comprometer al stock bovino actual. En el 2017 la tasa de extracción de hembras fue de 16,8%», destacó el estudio.