Resulta evidente que los Argentinos somos mucho más rápidos para argumentar por qué no hacer lo que necesitamos, que para hacer lo necesario. Esto lo digo por la posibilidad que tenemos ahora de incrementar en gran magnitud la producción de carne de cerdos para exportar.
Encontrar una solución más oportuna para nuestro país, sumido en una importante crisis económica es imposible; esto es lo mejor que nos podría pasar. Necesitamos agregar valor a nuestros granos, que ingresen divisas, trabajo para nuestra gente y sabemos hacer lo que nos proponen que hagamos; díganme que mejor cosa nos podría pasar.
Antes que comenzáramos a evaluar el impacto benéfico que tendría para nuestro país este proyecto, aparecieron los argumentos previniendo que no nos conviene: que los daños ambientales serían catastróficos, que utilizaríamos mucha agua y que sería mejor no hacerlo o por lo menos limitarlos.
Está claro que somos rápidos en encontrar los problemas del hacer y lentos o incapaces de resolverlos; es síntesis no hagamos para no tener problemas.
Los problemas los tenemos hoy o a muy corto plazo y si no los resolvemos no habrá mañana o por lo menos un mañana parecido al que aspiramos.
Cuidar el medio ambiente es un deber de todos e imprescindible para la posteridad, pero debemos considerar que el futuro no vale más que el presente y debemos aportar soluciones rápidamente.
Los argentinos lo necesitamos, siempre que hagamos algo modificaremos, lo que no significa que lo destruiremos.
Seguramente la solución no está en los extremos, por eso debemos ser equilibrados pero hacedores, porque sólo haciendo saldremos adelante. * Consultor privado y docente universitario