Antecedentes
El valle de Mexicali, en el estado de Baja California, ha sido tradicionalmente una zona engordadora de ganado bovino, ya que esta actividad data de principios del siglo pasado. Actualmente, esta región tiene una capacidad instalada para engordar 275 mil animales, además de contar con grandes extensiones para el pastoreo de ganado en praderas irrigadas, principalmente en pastos de invierno como Rye-grass. Recibir una cuota anual de agua del Río Colorado a través de un acuerdo internacional entre México-Estados Unidos, le confiere a este valle cierta seguridad de que la actividad agrícola puede apoyar la producción de insumos para la producción de carne y leche de bovinos, entre los que destacan forrajes como alfalfa y sorgo, granos como trigo y cebada, así como otros cultivos como algodón, maíz y sudán. Las engordas de ganado bovino se caracterizan por ser intensivas y con su propia planta de alimentos, ofreciéndose éste en los mismos corrales de los animales. Esta zona no es productora de becerros, por lo que éstos arriban a Mexicali de los distintos estados criadores de bovinos como Tabasco, Chiapas, Durango, Chihuahua y Sonora, entre otros. Para reducir costos y minimizar el tiempo de estancia en la engorda, se utilizan promotores de crecimiento (implantes hormonales, antibióticos, ácidos orgánicos y agonistas adrenérgicos-beta) que aceleran el crecimiento de los bovinos, volviendo más eficiente el uso de las distintas raciones que se ofrecen durante la engorda de los animales, principalmente en la etapa de finalización.
Primer estudio
En 2003, algunas engordas de bovino en Mexicali ya estaban utilizando dos promotores de crecimiento basados en los compuestos químicos agonistas adrenérgicos-beta (AA-ß): el clorhidrato de zilpaterol y el clorhidrato de ractopamina, ambos aprobados por SAGARPA. Sin embargo, no se tenía la certeza plena de cuál de estos compuestos producía los mejores resultados en el desempeño en corral, en rasgos de la canal ni en la calidad de la carne.
Así pues, un grupo de ganaderos pertenecientes a la Asociación Ganadera Local de Engordadores de Mexicali se reunieron y decidieron realizar algunas pruebas para verificar el efecto que estos dos AA-ß producían en el ganado bovino engordado en corral. Para esto, platicaron con un asesor en nutrición de su confianza, el Ing. Vicente Torres Rodríguez, a quien le plantearon la idea de correr algunas pruebas para que, aplicando el método científico, pudieran tener conocimiento confiable sobre el efecto que producían ambos AA-ß. El Ing. Torres, conocido mío de mucho tiempo porque además obtuvo el grado de Maestro en Ciencias con un servidor, tuvo la confianza de comentarme sobre este proyecto, ofreciéndome ser el titular del mismo y dirigir estos experimentos. Acepté gustoso este compromiso y diseñamos el primer experimento que consistió en probar el efecto del clorhidrato de zilpaterol (CZ) y del clorhidrato de ractopamina (CR) en novillos evaluando el desempeño en corral, algunas características de la canal y otras relacionadas con la calidad de la carne.
Para este primer estudio se utilizaron las instalaciones del Instituto de Investigaciones en Ciencias Veterinarias de la UABC, las cuales se construyeron exprofeso para pruebas con bovinos productores de carne. Los engordadores aportaron los animales para la prueba, que duraría solo el tiempo que señalaba la etiqueta de cada producto. Los representantes de los laboratorios involucrados fueron invitados para que conocieran el protocolo y presenciaran el desarrollo del proyecto, despejando así cualquier duda sobre el mismo. Se utilizaron en total 54 novillos, de los que 45 fueron Charolais cruzados y 9 Brangus. Esto debido a que se contaba con 18 corraletas para alojar 3 animales cada una. Considerando el peso inicial de los animales, se distribuyeron al azar en las corraletas y posteriormente se asignaron en forma aleatoria los tratamientos a los grupos de tratamientos formados, que fueron:
1) Grupo testigo, 18 novillos sin adicionar ningún AA-ß en la ración;
2) Grupo tratado con CZ, 18 novillos suplementados con CZ (60 mg/novillo/d); y
3) Grupo tratado con CR, 18 novillos suplementados con CR (300 mg/novillo/d).
Los promedios se compararon por medio de contrastes ortogonales, comparando cada grupo tratado con el testigo. Los resultados encontrados fueron:
Los dos grupos de novillos suplementados con AA-ß tuvieron mayor ganancia diaria de peso (alrededor de 25% más GDP) y usaron el alimento consumido más eficientemente que el testigo, consumiendo el grupo CR ligeramente menos alimento que el testigo. El peso de la canal de novillos suplementados con CZ fue 7% más pesado que el testigo, y el de los suplementados con CR fue 5% más pesado que el testigo. Esto produjo mayores rendimientos en la canal de novillos suplementados (CZ=2% y CR=1.5%) con respecto a los novillos no suplementa-dos. Los novillos CZ tuvieron mayor área del ojo de la costilla y menor grasa en la 12ava costilla que novillos testigo, pero los suplementados con CR no exhibieron presentaron estas ventajas. La calidad de la carne (expresada en las variables: pH, color, capacidad de retención de agua, pérdida de peso por goteo) no fue modificada por el uso de AA-ß, sin embargo, la carne de novillos suplementados con CZ resultó mayor en esfuerzo al corte, una variable que se relaciona con la dureza de la carne. Sin embargo, cuando se consultó una tabla de clasificación de dureza de la carne, la carne de los tres grupos se clasificó como normal o no dura.
Nuestras conclusiones fueron que los resultados indican que las ganancias económicas por el uso de AA-ß se reflejan desde el corral, ya que los animales suplementados con estos compuestos ganan más peso, en caso de vender animales en pie. En canal, se venden más kilogramos por canal y más kilos de carne por su alto rendimiento. La calidad de la carne prácticamente no fue afectada por el uso de estos productos.
Segundo estudio
Es común que engordadores del valle de Mexicali reciban animales de calidad genética pobre, o animales que fueron subalimentados durante sus etapas iniciales de vida, por lo que arriban a las engordas en muy mal estado y tardan en recuperarse. En la segunda prueba que llevamos a cabo, los engordadores quisieron saber si los animales clasificados como «baja calidad genética», podrían responder positivamente a la suplementación de zilpaterol (CZ) y de ractopamina (CR), una vez que se adaptaban a los procesos de confinamiento. El segundo estudio consistió en probar vaquillas de fenotipo cebú, su respuesta a estos mismos productos (AA-ß). Se eligieron 54 vaquillas cebú muy similares para ser bloqueadas por su peso y luego asignarse a los mismos tres tratamientos que el estudio anterior: grupo testigo, grupo suplementado con CZ (60 mg/vaquilla/d) y tercer grupo suplementado con CR (300 mg/vaquilla/d). Comparado con el testigo, la ganancia diaria de peso y la eficiencia alimenticia se mejoraron con CZ y no con CR. En la canal, el CZ obtuvo mayor peso de la canal y área del ojo de la costilla que el grupo testigo. Vaquillas suplementadas con CR tuvieron características de la canal prácticamente iguales a vaquillas no suplementadas. El esfuerzo al corte fue mayor en carne de vaquillas CZ y CR en comparación con las testigos, sin embargo, sólo la carne de vaquillas CR se clasificó como ?carne dura?. El color de la carne no fue modificado por la adición de agonistas beta en la ración. Es conclusión, las vaquillas respondieron con mejor producción al CZ, pero no al CR.
Tercer estudio
En el tercer estudio se me solicitó realizar una prueba para determinar si un agonista beta genérico del clorhidrato de zilpaterol, recientemente generado mediante biotecnología, producía realmente los mismos resultados que el producto patentado. Los animales solicitados para esta prueba fueron machos de fenotipo cebú y enteros (no castrados). Una engorda del valle de Mexicali amablemente cooperó para realizar este estudio. Los corrales de la Asociación Ganadera Local de Mexicali, muy cerca de la engorda cooperante, fueron modificados para llevar a cabo este estudio.
En esta prueba se demostró que el producto genérico del CZ produjo los mismos resultados en el comportamiento en corral (ganancia diaria de peso, ganancia total y eficiencia alimenticia). Igualmente, las variables peso y rendimiento en canal fueron mejoradas, así como la grasa KPH reducida en los toros suplementados con los dos AA-ß. Estas variables fueron mejores que en los toros no suplementados con AA-ß. Los pesos de las vísceras y la calidad de la carne fueron similares entre los toros tratados con ambos AA-ß. Este estudio demostró que el genérico produce los mismos resultados que el producto de patente.
Cuarto estudio
En un cuarto estudio publicado se compararon las ganancias generadas por cada AA-ß en comparación con animales sin este tipo de suplemento. Se estimaron los costos totales de cada grupo de animales usando los datos del primer estudio, y se comparó cada agonista beta con el testigo, para obtener la ganancia neta por el uso individual del AA-ß. Estas estimaciones se hicieron de dos formas, una considerando la venta de animales en pie y la segunda considerando la venta de animales en canal, que son dos formas comunes de comercializar el ganado de carne.
Los resultados indican que, en ambos casos, el CR presenta ganancias económicas con respecto al grupo sin suplementar, pero estas ganancias aumentan todavía más cuando los animales son suplementados con CZ. La publicación contiene las fórmulas elaboradas y se explica cómo se llegó a estos resultados. Es decir, las ganancias se obtienen con el uso de cualquier AA-ß, pero éstas son mayores son el CZ en relación al CR.
Consideraciones finales
Quiero comentar que el primero de los artículos se publicó en 2006, lo que coincidió con la fecha de aprobación del uso de AA-ß en Estados Unidos, por lo que esta publicación sobrepasa ya de 250 citas, siendo un referente de las publicaciones en este tema.
Los resultados fueron muy valiosos para los engordadores porque supieron decidir el AA-ß a utilizar en base al conocimiento científico, demostrando cada paso de los experimentos realizados. Considero que esta propuesta es una prueba fiel de cómo los investigadores de universidades podemos realizar vinculación directa con los dos protagonistas importantes de la cadena productiva, los productores y la empresa. Además, formamos recursos humanos, ya que en estos estudios se tuvieron alumnos de maestría y doctorado como participantes y los datos formaron parte de sus respectivas tesis. Finalmente, demostramos que el uso adecuado del método científico nos conduce a obtener resultados plenamente confiables, de tal forma que son aceptados para su publicación en las mejores revistas internacionales del área producción animal.
Fuente: ganaderia.com
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