Después de las alzas de las últimas semanas, el mercado busca un nuevo equilibrio.
Las subas del novillo pesado y de la vaca conserva han hecho que la exportación resignara la mayor parte del poder de compra que le dio la devaluación. Y los exportadores, ante la caída de la oferta de vacas y novillos pesados, incursionan en otras categorías de ganado y chocan con el consumo: ahora buscan novillo entrepesado y hasta liviano y vaca gorda, otra de las estrellas del momento.
Influye también que la demanda china ya excede la vaca conserva o manufactura; favorecidos por la devaluación, los exportadores están incluyendo en los embarques algunos cortes típicos del consumo local, como el peceto, la cuadrada, la bola de lomo, la aguja o el “delantero robado”.
En resumen, la exportación avanza sobre categorías de hacienda o cortes que se destinaban exclusivamente al consumo, además de agregarle a la vaca manufactura o conserva, algunos cortes de novillo.
Pasada la fuerte restricción de oferta que el mercado acusó hace un par de semanas, ahora la faena tiende a regularizarse, poniendo a prueba –especialmente para el consumo– el actual nivel de precios de la hacienda y de la carne. En este contexto de alta inflación, deberán registrar aumentos periódicamente para no retroceder en términos reales.
Como conclusión: a favor, una demanda exportadora creciente liderada por China; en contra, la inflación y el estancamiento del consumo. Si el tipo de cambio real no se atrasa nuevamente, la exportación seguirá incrementándose, absorbiendo crecientes volúmenes. Y ratificando su papel esencial en la formación de los precios de la hacienda, en un escenario de alta oferta de carne.
Exportaciones
En el 2005, cuando comenzó la intervención en el sector ganadero que llevó poco después al cierre de las exportaciones, el mercado mundial de la carne vacuna era de siete millones de toneladas. Para este año, se calcula que totalizaría unas 10,5 millones de toneladas.
Hoy la Argentina no es más que el 5,5 por ciento de un mercado mundial que, en los últimos 13 años, creció en 4,5 a cinco millones de toneladas. De hecho, nuestro país pasó sin problemas de embarcar 230 mil toneladas hace dos años a estar exportando hoy el equivalente anual a 550 a 600 mil toneladas.
La traba para una mayor expansión es que Argentina no accede actualmente a tres de los cuatro destinos comerciales más importantes del mundo: Estados Unidos, que compra por 5.000 millones de dólares; Japón, que adquiere por 3.120 millones de dólares; y Corea del Sur, que demanda por 2.300 millones de dólares. Sólo estos tres destinos representan, conjuntamente, el 24 por ciento de las compras mundiales, medidas en dólares.
En este contexto, hay datos positivos sobre el mercado internacional. En agosto, Brasil exportó 144 mil toneladas, un 17,6 por ciento más que en igual mes del año pasado y el volumen mensual más alto de la historia. Estados Unidos, en julio exportó 92.400 toneladas, un 17 por ciento más. En dólares, sus ventas están apenas unas décimas por debajo del récord logrado en mayo último. Australia embarcó en agosto 107 mil toneladas, un 9,3 por ciento más que un año atrás.
El último registro de Argentina corresponde a agosto: se embarcaron 35 mil toneladas, 126 por ciento por encima de igual mes de 2017. Todo indicaría que la demanda por carne vacuna se está acelerando.
Lic Ignacio Iriarte
Analista Mercado Ganadero