La ganadería es uno de los sectores que tuvo un repunte en el último año y medio en el país y se avizora como una de las actividades sobre las cuales se puede apoyar la actividad agropecuaria en general. En nuestra región, mixta por naturaleza y necesidad, el fenómeno resalta luego de tantos años en los que la agricultura se expresaba como único camino para el campo, orientado por políticas gubernamentales (kirchnerismo) y propicios mercados extranjeros.
No obstante, de acuerdo a los números oficiales, el efecto visual de encontrar rodeo en hectáreas donde antes solo había cultivos, es mucho más significativa que la recuperación en sí.
Para aclarar el panorama convocamos a la charla al Méd. Vet. Juan José Invinkelried, titular de la Fundación Castellanos, quien analizó las variables de la actividad luego de momentos demasiado complicados.
El vicepresidente de la Sociedad Rural de Rafaela indicó que «en realidad lo que ha pasado tiene su explicación para que hoy tengamos esa sensación. Venimos desde 2001 hasta ahora, desde el último brote de aftosa, en una caída consecuente de cabezas muy grande. En el departamento Castellanos vacunábamos 740.000 y ahora vacunamos 470.000. Bajamos muchísimo. Pero lo que se puede ver es que en los últimos dos años esa caída brusca se ha detenido. Ha mermado mucho y entonces ese hecho de no seguir cayendo hace que comience a verse otro panorama. Muchos campos que eran relativamente regulares y habían sido tomados por la agricultura, hoy con las inundaciones y todo lo que fue pasando no cerraban los números. Es por eso que han vuelto a la ganadería. La actividad desde hace entre uno y dos años comenzó a ver un camino, tiene un futuro importante y se está viendo cada vez más campos con rodeo. Aún con la pérdida severa que hemos tenido y que seguimos teniendo, aunque mucho menos que lo veníamos experimentando en más de 10 años».
En cuanto a la vacunación de menores, que terminó hace algunas semanas, Invinkelried explicó que se reafirma la tendencia: «Ha sido una campaña rápida, buena, vacunamos alrededor de 270.000. Esto confirma que tenemos aproximadamente 470.000 en total en el Departamento. Hay un 5% menos que hace un año, pero comparada con esa caída de 300.000 cabezas en 10 años, del 15% o 20% en cada campaña, se frenó. Tenemos 5% menos pero las categorías menores son muy puntuales, por allí agarrás un momento justo donde se realizó toda la venta del destete y faltan animales. Creo que el hecho que haya mermado mucho la caída es una señal positiva».
Finalmente lo consultamos si hay previsibilidad para la actividad, si es factible desarrollarla: «La ganadería seguramente es factible. La mayor previsibilidad que tenemos es que por lo menos o creemos y queremos que así sea, no vamos a recibir desde el gobierno cosas impensadas o locuras que se han hecho en los últimos 15 años. En esa etapa se trabajó para lograr un nivel increíble de exportación de animales y cuando mejor valía la cuota Hilton en el mundo y cuando Argentina estaba comenzando a estar preparada para participar, cerraron las exportaciones como en 2004. Destruyeron a la ganadería.
Creo que de parte del Gobierno las señales son que se va a mantener abiertos y no se va a desatender al sector. El mundo necesita cada vez más alimentos, Argentina es uno de los países que está en mejores condiciones de ser proveedor en cereales, en leche, en carne. Hay que aprovecharlo. La capacidad de producción que tiene Argentina con un clima benigno es mucho mayor, comparado con la producción de países que hoy son más productores que nosotros gracias a esas nefastas acciones de los gobiernos anteriores. Brasil con un clima mucho más tropical o Paraguay mismo hoy nos han sobrepasado. Pero yo creo que Argentina tiene mucho hándicap para crecer y si las reglas de juego son claras, el futuro de la ganadería es muy importante».