La ecuación del financiamiento ha cambiado. Y la cosecha viene generando recursos. ¿Dónde está la clave que dispare las decisiones de los productores?
AgroActiva 2024 (5-8 de junio – Armstrong, Santa Fe) es esperada por los fabricantes como un punto de inflexión en el flujo de ventas de máquinas agrícolas.
El clima positivo generado en la última edición de Expoagro parecía que estaba en condiciones de arrancar el motor.
Sin embargo, las intenciones demostradas en la muestra de marzo no cristalizaron en un buen número de operaciones.
¿Qué pasó? Los cambios en la situación económica influyeron, particularmente porque la tendencia a la baja de la inflación generó la duda sobre en qué moneda manejarse.
Se dio vuelta
El peso dejó de ser atractivo para sacar un crédito, porque las tasas podían quedar altas si la inflación seguía bajando.
Y los productores empezaron a mirar con interés la financiación en dólares. El cambio se consolidó y hoy son escasos los créditos sacados en pesos.
Es más, tanto se afirmó el financiamiento con dólares que los bancos incrementaron la comisión que deben aportar las empresas, pasando de 5/6% a 12/13%.
Fue un aumento abrupto y sin previo aviso que dejó a los fabricantes revisando nuevamente sus números.
Cautela
De todos modos, la prudencia por parte de productores y contratistas es el principal freno en la reactivación de las ventas.
Se advierte la reticencia respecto a decidir el cambio de máquinas, en especial de los rubros más importantes.
Hay una percepción que los fabricantes detectan en las conversaciones con los potenciales clientes: En el mercado se instaló la idea que algunos tipos de equipos todavía están caros.
¿Y por qué no esperar si, al fin y al cabo, todavía no sabe cuándo terminará de acomodarse la economía?
Es en este contexto que, algunas ofertas tentadoras, pueden dar resultado en AgroActiva, especialmente si llegan envueltas como oportunidades que no se repetirán.
Disponibilidad
Las empresas de máquinas agrícolas también observan que los productores se han sentado en los granos almacenados.
Las ventas de soja por parte del agro se encuentran, en términos de porcentaje de la producción, en el menor nivel de los últimos seis años, según un informe realizado por Coninagro.
En tanto, según un reporte de Eugenio Irazuegui, analista de la firma Zeni, los productores todavía tienen por vender, mientras sigue la cosecha de la oleaginosa, una producción potencial equivalente a U$S 15.760 millones.
Mirando la evolución de los precios internacionales, los productores buscan los mejores momentos para vender, combinándolos con sus necesidades financieras.
No debe olvidarse que las consecuencias de la sequía histórica de 2023 todavía llegan como ondas expansivas hasta 2024.
Según un relevamiento realizado por la Universidad Austral, un 30% de los productores manifiesta que tendrá que vender el 75% de su producción de soja y maíz para cubrir todas las obligaciones financieras de la campaña.
Y si a este porcentaje se suma un 39% adicional que piensa que necesitará vender un 50% de su producción, el total es el 70% de los productores.
Fuente: maquinac.com
Deja una respuesta