Los datos por categoría y las diferencias entre este retroceso y la fuerte liquidación de 2008/09. ¿Se desinfla el proceso de recomposición del rodeo registrado en los últimos años?
Esta semana, con gran retraso, se conoció la estimación oficial del stock ganadero argentino al 31 de diciembre del año pasado, que se estableció en 53,5 millones.
Este nivel representa un millón de cabezas menos en un año y 1,5 millones menos que el reciente pico de fin de 2018.
A diferencia de la caída en el curso de 2019, que se debió a la disminución de medio millón de vacas, en esta oportunidad, el 70% de la baja corresponde a menor existencia de terneros/as, atribuible a desfavorables condiciones climáticas durante la preñez/parición de 2019-2020. Es decir, no tuvo que ver con decisiones de los ganaderos para modificar sus tenencias.
Las variaciones de las restantes categorías fueron muy marginales. Vacas y vaquillonas retrocedieron 0,4 y 1%, en ese orden, y novillos y novillitos 3 y 2%, respectivamente.
Las únicas categorías que aumentaron fueron las de toros y MEJ (3 y 9%) que son categorías muy poco numerosas.
Para completar la información, terneros y terneras bajaron 5 y 4%.
Otra curiosidad es que las variaciones, por provincia, fueron muy desparejas.
Mientras que la de Santa Fe fue la única importante con incremento (1%) y otras relevantes provincias ganaderas, como Córdoba, Entre Ríos y La Pampa, sostuvieron sus existencias, hubo bajas de 1,5% en Buenos Aires, Corrientes y el resto del NOA/NEA. Hasta aquí, pequeñas variaciones hacia arriba o abajo.
Hacia el otro extremo, San Luis rebajó su stock en un significativo 7% y el conjunto de las demás, que abarcan menos del 10% del rodeo total, en un llamativo 15%.
No parece que estas últimas bajas tengan relación exclusivamente con el clima. Habrá que seguir viendo si se trata de una relocalización de la ganadería con más peso en la zona central.
Conclusiones
Con los datos e información difundidos, no parece que el retroceso en las existencias se deba a un desinfle del proceso de reconstrucción del stock dilapidado en 2008-2009, que lleva muchos años, aunque a un ritmo lento.
Mucho menos con el general nivel alto de precios que hubo a lo largo de 2020.
Creemos que este proceso está para continuar, excepto que las medidas antiexportación adoptadas se extiendan y/o se profundicen, en contra de cualquier decisión razonable.