La vida en este planeta solo fue posible gracias a la cooperación entre los seres vivos, aún en medio a la más feroz lucha por sobrevivir y perdurar su especie, cada elemento vivo termina, de una u otra forma, cooperando. Así fue entre los pastos y la vida del suelo. En algún momento los vegetales percibieron que únicamente podrían acceder a determinados minerales (que hasta ese momento estaban prisioneros en enlaces químicos) si las bacterias, hongos en general, protozoos y otros seres se los “facilitaban”, al romper las formas complejas de por ejemplo el molibdeno, el fósforo, etc, con el hierro y el aluminio.
Evolutivamente surgió la forma ideal de “coimear”, o comprar favores de la vida del suelo…ofrecerles comida energética. Es por eso que cada pasto realiza fotosíntesis al 200%, manda de 40 a 60% hacia sus raíces y se las entrega a la vida del suelo para que prolifere y libere mediante su digestión habitual, cada uno de los 64 elementos que componen un pasto sano.
Fantástico, no? Pero no termina ahí.
Las colonias de seres que reciben ese precioso jugo por supuesto que defienden su territorio. ¿Cómo lo hacen? Formando una barrera química y física en torno a las raíces que no solo ataja a sus competidores por esos azúcares, también ataja a los agentes patógenos que eventualmente perjudicarían a las raíces…. aliméntame que yo te cuido!
Por eso pastos que crecen en suelos sanos y que no reciben ataques, manejados de forma en que realicen la mejor fotosíntesis son menos propensos a enfermar”. Juan Roberto Dutra Keiran
¿Cómo se comporta el suelo?
El suelo…agradece. Recuerde la interacción animal suelo antes que el hombre inventara el pastoreo continuo.
Grandes manadas de herbívoros iban de un valle al otro, liquidando en breve tiempo el que estaban y avanzando hacia otro con abundantes pasturas. Ese suelo recibía el bosteo, la orina, el masaje de las patas que empujan inteligentemente hacia abajo con el peso distribuido en sus cascos de tal forma, que generan mini depósitos de agua de lluvias y entierran materia orgánica (pastos, bostas y más)
Luego de ese disturbio (y de la llegada del sol al suelo) se reinicia el proceso de la vida en ritmo frenético. Así se comporta un Voisin, imitando a la Naturaleza.
Por lo tanto, el pisoteo (dentro de parámetros aceptables) es un disturbio necesario y beneficioso.