A fines de diciembre, Catalina Boetto fue presentada como Secretaria de Ganadería de Córdoba. Ella misma admite que el ofrecimiento -unos días antes del anuncio- la tomó por sorpresa, lo que no significa que no estuviera preparada. Con 32 años de trayectoria en el sector, siempre actuó en la actividad privada, complementándola con la tarea docente en la Universidad Nacional de Córdoba y en la Universidad Católica de esa provincia.
En los últimos años, junto a Oscar “Cachi” Melo y Ana Gómez Demmel, a través de MBG Ganadería, generaron herramientas de planificación y capacitaron a productores y asesores en su uso. El objetivo, fortalecer una ganadería moderna, intensiva en datos.
Ahora, desde el sector público, buscará proyectar esa visión al conjunto de la provincia, aunque sabe que la tarea no será sencilla.
“Lo tomo como un gran desafío, sé que va a ser difícil, uno puede tener ideas, planes y proyectos, pero hay que hacerse a la realidad de que la ganadería no parte del mismo escalón en toda la provincia y a veces el Estado también tiene sus limitaciones”, dijo Boetto.
El primer paso, es lograr que los productores se identifiquen con la gestión oficial. “Muchas veces, los productores no se consideran representados por los funcionarios. Pero me parece que hoy ven que tienen abiertos canales de comunicación en el Ministerio. Somos conscientes de que muchas veces hay limitaciones para implementar determinadas políticas, pero el ganadero sabe que se escuchan sus planteos y se pueden consensuar algunas soluciones. Esa va a ser mi idea de trabajo en mi área específica”, señaló.
Sobre el punto de partida de su tarea, opinó que en los últimos años “se ha trabajado mucho, pero hay que ordenar la actividad en algunos aspectos. Mi deseo es que la ganadería de un salto cualitativo a través de la formulación de planes productivos para los establecimientos”, sostuvo.
En ese sentido, explicó que “para poder hacer una proyección a corto, mediano o largo plazo, se necesitan herramientas que ayuden en ese proceso de planificación, que los productores tengan diferentes alternativas para distintas situaciones y que no queden a expensas, por ejemplo, de que llueva para tener pasto. Hay que estar preparado para hacer otra cosa si eso no sucede”.
Para Boetto, esta falta de planificación “hace que la ganadería esté bastante lejos del potencial que podría tener”.
Del potrero al plato
Otro eje de trabajo es el cuidado de la imagen de la ganadería y de los alimentos que brinda a la población. “Hoy se está generando una visión negativa de la carne y de los sistemas productivos en parte de la sociedad, algo a lo que tenemos que prestarle mucha atención”, sostuvo.
Al respecto, Boetto considera que desde el Ministerio tienen «un rol clave que no hay que descuidar. No es menor, hoy la carne no está prestigiada. En el ámbito sectorial conocemos el valor de la ganadería como contribuyente a la sustentabilidad ambiental y eso hay que contárselo al público, que el consumidor se sienta parte de la cadena”.
Volviendo a sus primeros pasos como funcionaria, el desafío también implica una necesidad personal. “Me llega en un momento de la vida en que uno quiere devolver un poco. Además, siempre fui muy crítica con las gestiones públicas. Uno está del otro lado y se le ocurren distintas ideas, pero no tiene la experiencia de poder hacer cosas, con las limitaciones de la función pública. Es un gran reto”, agregó.
“Voy a poner todo mi empeño y mi compromiso para poner un granito de arena en la ganadería de Córdoba”, finalizó.