La escasez de recursos forrajeros provocados por la sequía, además de promover un crecimiento de la faena de vientres –hipotecando el futuro de la actividad–, está generando la necesidad de encerrar machos en corrales, los cuales, cuando salgan al mercado, podrían intensificar aún más el proceso bajista que vienen experimentando los precios de la hacienda.
A comienzos del presente mes de abril la ocupación de los corrales de las empresas socias de la Cámara Argentina de Feedlot se ubicó en un 73% versus 61% y 58% en el mismo mes de 2017 y 2016 respectivamente.
En la encuesta realizada a comienzos de marzo pasado ese indicador ya había mostrado un repunte con un 66% de ocupación (versus 61% y 54%), pero la alarma saltó en abril con un nivel inesperadamente elevado.
Los niveles más elevados de encierres, en términos estacionales, se registran entre los meses de junio y agosto, de manera tal que no puede descartarse que los valores relevados este mes puedan seguir incrementándose en los próximos meses.
El porcentaje de ocupación promedio de los corrales profesionales –que brindan servicios de hotelería– es una suerte de “boca de urna” que permite observar la tendencia existente tanto en grandes feedlots como en corrales caseros armados en los campos por los propios productores ganaderos.
Los precios promedio negociados en el remate que se realizó en el presente mes de abril en el Rosgan fueron de 39,5 $/kilos para los terneros y de 37,3 $/kg para las terneras. Ambas categorías –medidas en valor maíz– registraron una caída del 31% y 33%, respectivamente, versus abril de 2017. En la misma línea, los novillos de uno a dos años, con un valor promedio de 34,8 $/kg, cayeron un 31%. Y la vaca de invernada, con un promedio de 4,9 $/kg versus 7,7 $/kg un año atrás, cayó 37% en términos relativos. En tanto, el valor de las vacas con garantía de preñez se derrumbó al registrar, siempre en moneda maíz, una caída interanual del 48% al negociarse a un promedio de 2740 pesos versus 5276 pesos en abril del año pasado.