El campo aportó en derechos de exportación unos USD 4.250 millones en lo que va de 2023 y USD 175.000 millones desde 2002. Massa habló de “bajar retenciones” a maíz, trigo y soja”. Hoy por hoy, un productor uruguayo recibe entre 50 y 85% más que su par argentino
Las retenciones a la exportación de productos agropecuarios y agroindustriales es tema de constante debate y un reclamo histórico del campo que brega por su eliminación o, por lo menos, reducción. La cuestión genera tensiones con diferentes gobiernos, que decidieron mantenerlas o aumentarlas.
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Fue el ministro de Economía y candidato presidencial oficialista, Sergio Massa, quien repuso el tema en la agenda pública cuando en su visita de campaña a la provincia de Córdoba remarcó la necesidad de “pensar juntos –cuando termine la elección, para que no digan que hago anuncios de campaña– la obligación de bajar retenciones al maíz, trigo y a la soja como una forma de aumentar nuestro volumen exportador”. Esos tributos son del 12% en el caso de los cereales y el 33% en el caso de la oleaginosa.
Durante las últimas dos décadas las retenciones representaron un ingreso muy importante para las cuentas nacionales, pero generando distorsiones en los precios de los granos y recortando la cantidad de dinero que los productores reciben por su mercadería, cuestión que tiene mayor peso cuando las cosechas son impactadas por eventos climáticos como la sequía.
Más allá del impacto negativo que generó la histórica falta de lluvias, el aporte del campo aportó al fisco casi USD 4.250 millones en los primeros 10 meses del año en concepto de derechos de exportación.
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Ezequiel de Freijo, economista de la Sociedad Rural Argentina (SRA), explicó a Infobae que, sequía mediante, el aporte de este año sería 62% inferior al valor aportado en la campaña 2021-22 y recordó que desde que se reimplantaron los derechos de exportación, en el 2002, “al fisco ingresaron unos USD 175.000 millones como aporte tributario proporcionado por el sector agrícola en la Argentina”.
Carne y leche
A las retenciones aportadas por los granos se le pueden sumar cerca de USD 200 millones generadas en los primeros nueve meses del 2023 por el cobro de una alícuota del 9% por las ventas de carne vacuna realizadas al exterior. El último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra) precisa que la exportación de carne vacuna en el período enero-setiembre 2023 fue de USD 2.099 millones, un 23,7% menos que lo obtenido en igual lapso de 2022, producto de la venta de 503.400 toneladas de carne vacuna sin hueso, un aumento del 6,4% en volumen. Por cantidad, pero no por valor, las ventas a China superaron el 77% del total exportado.
En lácteos, el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) refirió -en base a datos oficiales- que en el primer semestre de 2023 se exportó por casi USD 600 millones, una caída interanual del 10,5 por ciento. Debe tenerse en cuenta que hasta finales de septiembre pasado rigió el cobro de una retención del 9% para la leche en polvo, principal producto de exportación, y del 4,5% para los quesos.
El gráfico precisa que el productor de maíz recibe el 46% del precio, el del trigo el 50% y el de soja el 38 por ciento
Se estima que en la primera parte del año se generaron cerca de unos USD 50 millones en retenciones lácteas. Y para el último trimestre rige la suspensión momentánea de las retenciones para los lácteos.
Impacto negativo de la sequía
La tercera y última gran sequía modificó a la baja todas las previsiones de los especialistas. Desde ese piso, el Departamento de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) prevé que la recaudación por Derechos a la Exportación sobre la Agroindustria podría duplicarse en 2024.
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Evaluaciones realizadas en las últimas semanas por los especialistas Javier Treboux y Emilce Terré, de la entidad rosarina, planteó que la sequía generó una reducción de hasta el 60% en los ingresos obtenidos en los primeros siete meses del 2023 sobre las cadenas industriales. La previsión de la BCR es que los ingresos por retenciones ascenderían a USD 8.000 millones en 2024. Las exportaciones de los complejos de la agroindustria aportarían al fisco casi 90% de los derechos de exportación.
En 2022 el agro aportó 3 de cada 5 dólares de exportaciones argentinas: sobre un total de más de USD 88.000 millones, un 63% las generó el sector agropecuario, con ventas históricas en soja, maíz, trigo, carnes, girasol y cebada. Ese año, además, los precios internacionales jugaron a favor, impulsados por la guerra en Ucrania, cuyo efecto comercial favoreció ampliamente a la Argentina.
¿Cuánto cobra el productor por sus granos?
Retenciones, tipos de cambios diferenciales y brecha cambiaria hicieron que el agricultor local no reciba ni la mitad del precio internacional por sus granos. El perjuicio es mayor para el caso del productor de soja: que recibió solo un 38% del valor del poroto en los mercados mundiales.
El analista de mercados Carlos Etchepare, quien sigue día a día los precios del mercado granario local e internacional, explicó a Infobae que con un tipo de cambio de $350 por dólar, el productor argentino está cobrando un equivalente a USD 523 dólares por la soja, USD 321 por el trigo y USD 260 por el maíz. “En todos los casos, son precios superiores al valor de exportación, pero como bien sabemos el dólar a $350 no existe en realidad, ya que no se puede acceder a esta cotización”, señaló.
“Si se toma como referencia, a un valor que al que sí se podría acceder, como es el Dólar MEP (por Mercado Electrónico de Pagos, más conocido como Dólar Bolsa), y adjudicamos un valor de $840 por dólar: el productor cobraría efectivamente USD 217 dólares por la soja, USD 133 por el trigo y USD 108 por el maíz. Esto equivale a un 38% del precio de exportación que recibe la soja, a un 46% en el trigo y un 50% en el maíz”, espetó Etchepare.
“Resulta evidente que los diferentes planes (como los de “Incremento Exportador”) con tipo de cambio diferencial mejoraron los ingresos de los productores, en especial para la soja, pero actividades productivas, que tienen esos granos como insumos básicos, como es el caso de la lechería, se vieron seriamente afectadas y los programas de compensación no permitieron paliar su déficit. Otra cuestión a tener en cuenta, es que los mismos no alcanzaron a todos los productores”, dijo Etchepare.
Un productor uruguayo recibe entre más del doble y hasta 85% más del valor que recibe un productor de lo mismo en la Argentina
Sobre los valores obtenidos por el sector primario, de Freijo resaltó que el productor argentino “asume altísimos costos de transacción a causa de la intervención de los mercados: primero están los derechos de exportación (del 33% en la soja, y 12% en trigo y maíz, y 9% en carnes y lácteos); luego las medidas para administrar la oferta exportable en mercados como trigo, maíz, carne y lácteos y por último el cepo cambiario sobre la moneda dura a la que puede acceder el productor por la venta de su producción”.
Según De Freijo, “estas intervenciones, en su conjunto, generan una gran diferencia entre el precio que recibe el productor argentino y el que obtiene su par de Uruguay por la venta de un mismo producto: esta brecha es muy grosera, ya que ronda entre un 64% al 142%, según cada materia prima”.
“Tan sólo cruzando un río, en el caso de la soja, el maíz y la leche, un productor con el marco regulatorio del Uruguay recibe más del doble del valor que recibe un productor en la Argentina. Mientras que en el caso del trigo y del novillo los productores orientales reciben entre un 68% y 85% más que los de argentina”, concluyó el economista jefe de la SRA.
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