Roberto Guercetti es el director general de Conecar, uno de los feedlots más grandes y modernos del país, ubicado en Carcarañá, en Santa Fe. Pero sobre todo, Guercetti es un “optimista de la carne y de la nueva ganadería”, ya que en sus análisis, a diferencia de muchos de sus colegas, suele colocar las posibilidades siempre por delante de los problemas.
Guercetti acaba de publicar este fin de semana una columna en el semanario de la Bolsa de Comercio de Rosario en la que habla de la existencia de una nueva ganadería en el país, que debe resolver una serie de retos para seguir siendo competitiva. El mismo espíritu proactivo guió las respuestas del empresario en una entrevista con Bichos de Campo, en la que le pedimos que analice la situación actual del sector:
Mirá la entrevista completa con el director de Conecar:
De nuevo derrocha miradas de largo plazo este ganadero de punta. “Este año fue de ecuación negativa para el engorde. Si lo mirás a nivel económico y de corto plazo, fue un año malo”, resumió Guercetti la coyuntura. “Pero de inmediato agregó: “Si lo miro a largo plazo y con una mirada nacional, tengo que tener grandes expectativas, porque estamos abriéndonos al mundo, estamos produciendo mejor, salió la tipificación nueva que nos obliga a hacer las cosas mejor, se están haciendo los controles a los frigoríficos…”
Guercetti siempre mira el vaso medio lleno. Por eso en esta entrevista reconoce que sueña con que la ganadería tenga “políticas de largo plazo” y reclama consensos básicos para desarrollar la actividad.
En la columna publicada por la BCR, el empresario señala que “la ganadería, así como sucede con todo, se va aggiornando y presenta cambios. Argentina, en su vuelta a la normalidad, se encuentra con la necesidad de cumplir con determinados requisitos para estar a la altura de las exigencias del mercado mundial”.
“Se pueden identificar algunos ejes que serán clave en esta próxima ganadería. Uno de ellos es la bioeconomía en los agronegocios. Como mencionan distintos académicos especialistas en la temática, la bioeconomía tiene la llave para que nuestro país pueda ser el supermercado del mundo, pensando en un modelo económico sostenible, es decir compatible con la disponibilidad limitada de recursos y su uso eficiente”, describe Guercetti.
Para el empresario, “otro punto fundamental de esta evolución, es la ganadería de precisión, que sigue la huella del agro, pionero en implementar tecnología aplicada para hacer más eficiente el negocio”.
“La sustentabilidad juega también un rol determinante en este nuevo paradigma. Un modelo debe ser sustentable, por lo que realizar prácticas acordes a esta premisa es un imperativo para las empresas. En este sentido, certificar normas es la manera de dar garantías, el sello final que demuestra que los parámetros de calidad, de protección de medioambiente, de bienestar, entre otros, son cumplidos por una organización. Estos ítems son excluyente para los usuarios/consumidores/clientes a la hora de evaluar y elegir una empresa o producto. Esto se relaciona con otro punto que es el mercado, los nuevos estándares”, consideró el titular de Conecar.
Luego de defiir la importancia de respetar las exigencias de losnuevos consumidores, Guercetti opinó que “de vital importancia es, para este progreso, agregar valor a la producción primaria. Tal aspecto es fundamental para contribuir al desarrollo de la economía nacional y así diferenciarse dentro del sector. Por otra parte, es la manera de movilizar el círculo virtuoso de la bioeconomía. En lugar de exportar commoditiesde manera directa, se los integra en la cadena de la industria que es capaz de agregar valor en origen, transformando, por ejemplo, el maíz en etanol y la soja en biodiesel, para que los subproductos obtenidos, sean convertidos por los feedlots y tambos en carne y leche”.
“Los mismos son la materia prima que frigoríficos y usinas lácteas transforman en alimentos para el mercado interno y externo con todo el desarrollo que eso implica en los pueblos del interior: mano de obra directa, fletes, refrigeración, envases, comercio, marketing. Se genera así un verdadero desarrollo social, con una integración real, digna y sustentable.
A su vez, de esta cadena surgen bienes de donde antes solo se veían desperdicios. Nos referimos al biogás y biofertilizantes, producidos con los desechos de la actividad. De esta manera la bioeconomía entra a jugar un papel trascendental. Esta generación de nuevos subproductos se dirigen nuevamente hacia el agro, retroalimentando esta nueva tendencia de la economía circular”.
Se lo advertimos. Imaginando el futuro, Guercetti es sin dudas un optimista de la carne.