Los días fértiles de las vacas se repiten generalmente cada 21 días y usted les puede hacer seguimiento por medio de un calendario de celos. Allí están las fechas más probables de presentación del calor y sugiere el momento exacto en que se puede servir la hembra.
El celo de una vaca o novilla, es generalmente un período corto (apenas 24 horas) que se repite cada 18 a 24 días y en el cual la hembra es receptiva al toro para que la monte y pueda ser fertilizada de manera natural, generando posteriormente una cría.
El calendario de celos es una herramienta diseñada en forma de programador, de tal manera que entre una fecha (casilla) y la casilla que se encuentre inmediatamente en la parte inferior, hay 21 días, que es la duración promedio del ciclo estral bovino.
Según Humberto Guáqueta Munar, médico veterinario, PhD y especialista en reproducción bovina y salud de hato, “ese calendario está diseñado para que cuando un animal entra en celo, y se monta o insemina, se anota la identificación del mismo en la casilla que corresponda a la fecha del evento; de tal manera que se le pueda prestar más atención para la fecha en la que debe presentar el siguiente celo”.
Es una alternativa que tienen los productores para verificar la ciclicidad normal que deben tener los animales para cumplir con su función reproductiva, ya que el objetivo de cualquier ganadería es que sus vacas tengan una cría anualmente y para alcanzar esa meta se necesita que los productores tengan en cuenta los días abiertos.
“Son los días que transcurren después del parto hasta el día en que la vaca vuelve a quedar gestante. Por lo general se tienen solamente tres ciclos estrales disponibles para lograr esa preñez, pues inmediatamente después del parto viene un período de espera voluntario, que cada ganadero define junto con su veterinario, y es a partir de ese momento cuando se le debe hacer seguimiento detallado de la presentación del celo”, afirma Guáqueta.
Entre más días abiertos existan, más pérdidas económicas se generan para la explotación, pues cada uno de estos genera un costo, por lo que es importante que no se extiendan mucho.
Existen tres tipos de sistemas para reproducir las hembras en los bovinos: la monta natural no controlada, que es cuando los toros están sueltos junto con las vacas; la monta natural controlada, en la que se expone la vaca en celo al toro y la inseminación artificial.
Para cualquiera de los dos últimos es muy importante hacer una adecuada detección de calores y hacerle seguimiento estricto a la posible repetición de ellos.
En palabras de este especialista, “el 70 % de las vacas entran en celo durante las horas de la noche, principalmente entre las 6 de la tarde y las 6 de la mañana, que son además las horas del día en las que hay menor observación, por lo que es importante combinar la observación visual con algunas ayudas para la detección del calor, además del calendario de celos”.
“Para estar más pendientes de la identificación del animal en celo, es de vital importancia realizar una adecuada observación diaria y registrar los eventos en el calendario de celo, además de utilizar un sistema de crayoneo. Este último consiste en rayar la cola del animal que está pendiente de entrar en calor con una tiza o marcador para ganado, de tal forma que si el animal entra en celo durante las horas de la noche, a la mañana siguiente no va a tener la marca de color o se va a encontrar manchada sobre el anca”, expresa Guáqueta.
Finalmente, se les recomienda a los productores, estar muy pendientes de la detección adecuada de calores en sus fincas y hacer uso de estas alternativas, para que así puedan generar una mayor eficiencia reproductiva dentro del hato y logren alcanzar una mayor productividad en preñeces y crías nacidas en el mismo.Fuente: ContextoGanadero