La inmunización temprana asegura una transición saludable hacia la inmunidad activa, fortaleciendo el crecimiento y desarrollo del ternero.
Por Nicolás Palacio, médico veterinario y jefe Servicio Técnico Nacional e Internacional en Laboratorio CDV
El refrán «andar como bola sin manija» evoca desorden e improvisación. En su origen, describe una bola de boliche sin el soporte necesario para manejarla, lo que dificulta su control y la hace impredecible. En el ámbito ganadero, esta frase ilustra perfectamente lo que ocurre cuando no se asegura la inmunidad temprana de los terneros: sin planificación sanitaria adecuada, todo se vuelve incierto, y los resultados productivos están a la deriva.
Los primeros pasos en la vida de un ternero dependen de la inmunidad pasiva que reciben de la madre a través del calostro. Sin embargo, esta protección natural decrece rápidamente, dejando al animal expuesto a enfermedades clostridiales y respiratorias. Por eso, la inmunización temprana asegura una transición saludable hacia la inmunidad activa, fortaleciendo el crecimiento y desarrollo del ternero.
Si comparamos la zafra 2022, con la zafra 2023, se evidenció una muy marcada caída en el stock de terneros, gran parte por la grave sequía que atravesó el país. Para la campaña 2024-2025, si bien se observa una caída también en el stock de vacas, se espera un incremento de 1 a 2% en el stock de terneros. ¿Cómo puede ser que si cayeron los vientres haya más terneros?, según los últimos informes de INTA cuenca del salado, los índices de preñez aumentaron, lo que hace que podamos lograr más terneros con las mismas vacas. Ahora bien, esto fue en parte gracias a las lluvias, y en parte gracias al trabajo de productores, veterinarios y laboratorios para identificar los problemas y prevenirlos.
Cuando aseguramos la inmunización temprana de los terneros, dejamos de andar «como bola sin manija». Establecemos un rumbo claro, basado en decisiones estratégicas y sostenibles. Proteger la salud del ganado desde sus primeros meses de vida no es solo un acto de responsabilidad; es una inversión que rinde frutos en la productividad y sostenibilidad de la ganadería.
La vacunación preventiva de un ternero contra enfermedades respiratorias y clostridiales representa un costo mucho menor que tratar a un animal enfermo, sumado al tiempo de recuperación y a la posibilidad de contagios. Por ejemplo, el tratamiento de una neumonía puede costar lo mismo que vacunar a dos terneros con plan sanitario completo. Este dato ilustra que la prevención no solo protege la salud del rodeo, sino que también resguarda el capital productivo del productor.
La invitación es clara: ¿te sumás a las prácticas preventivas que fortalecen la cadena productiva para construir juntos un futuro más sólido para el sector ganadero?
Fuente: Clarin
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