En 2018 el crecimiento del stock bovino argentino se desaceleró a causa de la sequía luego de haber registrado un crecimiento importante en los dos años anteriores.
El stock bovino nacional, según datos oficiales de Senasa, fue en marzo pasado de 52,888 milones de cabezas, una cifra 0,8% inferior a la registrada en el mismo mes de 2017. En número absolutos la caída interanual es de 465.002 cabezas.
El número de vacunos regresó a un nivel similar al de marzo de 2016, cuando el stock bovino argentino se encontraba en 52,636 millones de cabezas. Pero aún sigue lejos de las 49,865 y 47,972 millones de cabezas presentes en marzo de 2015 y 2014 respectivamente.
Los primeros datos surgidos del Sistema Integrado de Gestión de Sanidad Animal (SIGSA) del Senasa, si bien aún no están desagregados por categoría, es muy probable que muestren una baja significativa de hembras, dado que la liquidación de vacas, vaquillonas y terneras fue la respuesta de la mayor de los productores ganaderos para liberar campo durante la restricción hídrica del último verano y hacerse de efectivo.
Los últimos datos oficiales publicados por Senasa indican que en el primer trimestre de este año se enviaron a faena 183.170 terneras, una cifra 16,5% y 30,3% más elevada que la del mismo período de 2017 y 2016 respectivamente.
En marzo de 2008 el Senasa registró, a nivel nacional, un total de existencias bovinas de 57,583 millones de cabezas. Pero a partir de ese año comenzó una fase intensiva de liquidación de hacienda que llevó el stock a un piso de 47,973 M/cabezas en 2011. Recién a partir de 2012 las existencias bovinas comenzaron a recuperarse (aunque muy lentamente).