Argentina quiere instalar todo su conocimiento ganadero en varias regiones de Africa. En ganadería, un grupo de Carcarañá podría montar un feedlot. El dato surge tras la segunda cumbre de negocios LAC Africa, que se realizó en la Bolsa de Comercio de Rosario.
El departamento de Comercio Exterior de la firma Conecar, anticipó que se ha avanzado en la factibilidad de instalar un feedlot modelo en la región de Kenia, sobre un predio de 600 hectáreas, perteneciente al inversor ganadero Jame Kimoimoi Moi.
Por ahora, el gobierno de Santa Fe avanza con los grupos de empresarios para acercar posiciones y avalar la complementación en temas sanitarios y de inocuidad con el Kephis; el organismo de regulación y control africano con atribuciones similares al Senasa.
“Estamos estudiando el tema. Hay demandas de alimentos y fórmulas balanceadas para bovinos desde varias regiones de Kenia, Nigeria, Uganda y Mozambique. Se trata de acuerdos cercanos a las 50 mil toneladas y 30 mil dólares por unidad de negocios”, explicó Marisol Almará, responsable de Comercio Exterior y Relaciones Internacionales de la firma santafesina.
Esta especialista, adelantó que el problema más grande es la no aceptación de productos transgénicos por parte de varias naciones de Africa, aunque dio a entender que este normativa pierde rigidez si los productos de intercambio tienen un alto valor agregado.
En Santa Fe, el foco está orientado en aprovechar el potencial productivo de este gigante dormido que cuenta con recursos y una cantidad de cabezas de ganado considerable.
“Sólo necesitan de nuestras técnicas y tecnologías; así como también, una reforma estructural de su desarrollo agropecuario que en muchas casos se presenta como un recurso de subsistencia de muchos campesinos”.
Desde hace unos años, gran parte del continente africano ha iniciado un proceso de tecnificación de sus segmentos productivos. El avance más significativo de vinculación con nuestro país, están dando sus primeros frutos con la maquinaria agrícola y se ha extendido hacia una agricultura que pretende mejorar la producción de cereales y oleaginosas, un tratamiento integral de las enfermedades y la adecuación de tecnologías no solo de insumos, sino de procesos.
En el año 2016, la primera cumbre que se realizó en Kenia dejó expuesta la urgente necesidad de esta nación por encontrar aliados estratégicos para revertir los bajos niveles productivos, ya que en sus planicies el promedio en maíz ronda las 1,5 toneladas por hectáreas, cuando en Argentina el guarismo alcanza cerca de las 12 toneladas.
Las estadísticas son preocupantes si se considera que en el año 2050 la mitad del crecimiento poblacional del mundo se concentrará en el continente africano y desde esta región está previsto que se disparen las mayores demandas alimenticias y nutricionales.
Hasta el momento, las expectativas por un beneficio económico y comercial, motorizó el impulso de muchas empresas santafesinas que se proponen una misión inversa para mediados del 2018.
“La llave está en Etiopía, a través del Pacci (Cámara de Comercio e Industria), que impulsa un convenio entre empresas y universidades para la capacitación profesional en Argentina, de los jóvenes africanos que incursionan en carreras afines a la agronomía y sus especializaciones en manejo de la ganadería de carne y leche”, resumió Marisol Almará agregando que si el objetivo es maximizar la producción y hacerla más eficiente, se necesitarán equipos técnicos y asesoramiento en origen.
Fuente: La Capital: Leonardo Stringaro