La capacidad de pago de las grandes industrias lácteas argentinas se encuentra en niveles elevados respecto del valor promedio de la leche recibido por los tamberos, mientras que, en el caso de las Pymes lácteas, la situación es inversa.
El “valor de referencia de demanda” en septiembre pasado –último dato disponible– de grandes empresas lácteas (fundamentalmente las que integran el CIL) fue de 6,51 $/litro versus un “valor pizarra” promedio recibido por el tambero de 5,70 $/litro, según cálculos realizados por el Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos (Iapuco) en conjunto con el INTA.
Sin embargo, en el caso de Pymes lácteas (que operan con distribución regional y están integradas mayormente en Apymel), el valor de referencia en septiembre fue de 5,45 $/litro, es decir, se ubicó por debajo del precio promedio liquidado a productores lecheros.
El “valor de referencia de demanda” expresa la capacidad de pago por litro de leche cruda por parte de las industrias en condiciones normales de operación y para una situación de “nivelación” en los resultados de la empresa, es decir, sin margen de renta alguno (o renta cero).
La alta capacidad de pago que detentan las mayores industrias lácteas se refleja en los últimos balances presentados por las dos compañías que actualmente procesan el mayor volumen de leche en el mercado argentino.
En los primeros nueves meses de 2017 Mastellone Hnos (La Serenísima) informó una ganancia integral de 303 millones de pesos versus 96 M/$ en el mismo período de 2016. Vale recordar que en enero-septiembre de 2015 y 2014 había registrado pérdidas por 265 y 308 M/$ respectivamente.
En cuanto a la empresa canadiense Saputo, en su último balance –también con datos al 30 de septiembre pasado– informó que “se incrementaron los ingresos de la división argentina gracias a mayores ventas tanto en el mercado interno como externo”.