Al tiempo que se van mejorando e incrementado los datos formales de la lechería, que las visiones sobre los contratos de suministro o venta se van encaminando, que la idea de libre mercado se va estabilizando dentro de la ínfima idea de negocio que subyace en todos los eslabones de la cadena empieza a surgir una intención que puede brindar horizontes rentables posibles. Los mercados a futuro de la leche están más cerca.
Hace muchos años lo escribíamos, cuando se empezaba a rumorear en la Bolsa de Comercio de Rosario la posibilidad de generar este espacio, pero faltaba muchísimo. No es que ahora la leche dejo de venderse de palabra, pero lo que si se modificó que cierto nivel de estadística y la inclusión del 90 por ciento de la lechería en los datos que maneja el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina permiten barajar cifras creíbles y constantes. En esta base se contemplaría el precio promedio o referencial, sin embargo será complejo definir si la que se considere para los negocios será la cifra por litro o por sólidos, tal como lo esgrime la liquidación única, por la que se peleó durante años. Sin obligatoriedad de contratos, pareciera que el proceso se podría demorar más al momento del acuerdo de valores concretos, pero esto no lo hace imposible.
Es sobre esta base que la propia BCR, avalada por el Ministerio de Agroindustria avanza en la búsqueda de este negocio. La acción es fuerte, porque generara la puesta en pizarra de la leche, definitivamente y en la Bolsa más importante de la región. A esta acción se sumara el Matba, la entidad de futuros que trabaja junto a su par Rofex. En tanto, sería el Banco Nación el generador de negocios, que se orientaran en un principio tanto a la leche en polvo, como a la fluida.
Hay charlas al respecto, se están consiguiendo los acuerdos básicos necesarios para desarrollar un espacio ansiado por la lechería, pero para el cual se deben dar pasos certeros y lentos, para no fallar en un espacio que le dará lugar a un anhelo del tambero y el industrial argentino que no debe dejar de mirar a Chicago, donde el tema es consistente desde hace muchos años.
Elida Thiery