Con el objetivo de reconocer la labor de la industria agroalimentaria de todo el país, el INTA y la Fundación ArgenINTA celebraron la 16.° edición del Premio ArgenINTA a la Calidad Agroalimentaria. Con más de 500.000 pesos distribuidos en siete categorías, las distinciones buscan destacar el esfuerzo de emprendedores, cooperativas, asociaciones, investigadores, educadores y científicos, que impulsen iniciativas innovadoras.
La ceremonia, que se realizó en el auditorio de la Fundación ArgenINTA, fue presidida por Juan Balbín, presidente del INTA, y Hugo García, director ejecutivo de la Fundación ArgenINTA. También se destacó la presencia de Mariano Bosch y Carlos Parera, vicepresidente y director nacional del instituto respectivamente; Guillermo Rossi, vicepresidente del Senasa; Mercedes Nimo, directora de Alimentos y Bebidas del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca; referentes del Consejo Directivo del INTA, referentes gastronómicos y medios de comunicación.
Balbín se refirió al Premio ArgenINTA y lo definió como una marca propia de la Fundación ArgenINTA. “Debemos seguir manteniéndolo porque nos permite, como institución, ayudar a productores que les falta ese pequeño salto de visibilidad. El gran foco es generar las condiciones de reconocimiento para emprendimientos que han madurado y tienen hoy un determinado producto, pero que aún no pudieron dar ese pequeño salto de calidad y competitivo que les permite evolucionar”, reflexionó.
(De izq. a der.) Hugo García, director ejecutivo de la Fundación ArgenINTA; Carlos Parera, director nacional del INTA; Mariano Bosch, vicepresidente del INTA; Juan Balbín, presidente del INTA.
El presidente del INTA agradeció al equipo de expertos que integran el jurado y aseguró que le dan seriedad, respaldo y transparencia al premio.
En este sentido, remarcó la calidad de los proyectos participantes en las diferentes categorías. “Al igual que el año pasado, este año volví a sorprenderme muy bien y a confirmar que hay una enorme capacidad de captar realidades territoriales y temas poco conocidos con el compromiso de ponerlos en valor”, afirmó.
A su turno, García transmitió su satisfacción por el alcance y la trayectoria que ha logrado el Premio ArgenINTA a la Calidad Agroalimentaria. “Es un reconocimiento al esfuerzo de pequeños productores, emprendedores, innovadores, grupos de investigación, que trabajan silenciosamente por desarrollar nuevos tipos de alimentos, rescatar tradiciones y mejorar la calidad de los productos y generan un beneficio para la sociedad”, describió.
García señaló que la distinción pone en valor “resultados concretos del esfuerzo y la creatividad” y que “se entrega con el compromiso de que se reinvierta en mejoras para el emprendimiento, a partir de la presentación de un plan de reinversión orientado a escalar la ejecución del proyecto”.
En esta línea, el director ejecutivo de la Fundación ArgenINTA añadió: “Si bien el premio tiene una retribución económica que muchas veces resulta una ayuda para el crecimiento de investigaciones y emprendimientos, lo significativo es el reconocimiento que logran gracias a los medios, ya que, al ser conocidos, tienen nuevos clientes, los llaman, los conocen, los buscan y consolidan un círculo virtuoso”.
El presidente del INTA agradeció al equipo de expertos que integran el jurado y aseguró que le dan seriedad, respaldo y transparencia al premio.
Premios, uno a uno
En la categoría investigación y desarrollo en el área de tecnología de alimentos, el trabajo ganador fue “Secado spray de vino tinto Ancellotta: colorante natural con potencial aplicación en alimentos”. Este proyecto, impulsado por la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agrarias de la Pontificia Universidad Católica Argentina con el apoyo técnico del INTA Mendoza, permitió la obtención de un encapsulado de vino Ancellotta procedente de Mendoza y su posterior evaluación como colorante natural y/o fuente de compuestos fenólicos en alimentos.
En la misma categoría, hubo una mención especial para el trabajo “Evaluación del perfil nutricional en insumos y dietas completas utilizadas en la producción porcina de La Pampa”, realizado por investigadoras del INTA, Conicet y la Universidad Nacional de La Pampa. El estudio puso énfasis en los perfiles de minerales y aminoácidos, en relación con los requerimientos nutricionales de las categorías animales.
Posteriormente, la categoría “Personas físicas u organizaciones que buscan la diferenciación como estrategia del incremento de la competitividad con sustentabilidad” presentó un primer premio compartido para Puente Blanco SA (Mendoza) y El Pampa Orgánico “Nueces pecan orgánicas biodinámicas, producción y proceso” (Baradero, Buenos Aires).
Con el objetivo de afianzar los mercados existentes y generar nuevos, Puente Blanco SA ha implementado diferentes sistemas de gestión agroalimentaria basados en normas internacionales de calidad. Esta decisión les permitió diferenciarse en el rubro de producción, empaque y exportación de hortalizas frescas y agregar valor a los alimentos.
Por su parte, El Pampa Orgánico es un proyecto que nació hace 22 años en busca de consolidarse como un negocio sustentable y saludable. Entre sus objetivos, los emprendedores priorizan el trabajo de la tierra mediante los lineamientos de la agricultura orgánica y biodinámica, la seguridad alimentaria, el arraigo rural y las energías renovables.
García transmitió su satisfacción por el alcance y la trayectoria que ha logrado el Premio ArgenINTA a la Calidad Agroalimentaria.
Bajo la categoría “Cooperativas y/o asociaciones que contribuyan al posicionamiento de los productos agroalimentarios argentinos”, la distinción estuvo dirigida al Consorcio Apícola del Chaco – Miel COPAP integrado por tres cooperativas, que reúnen a 100 pequeños productores apícolas de diferentes localidades de la provincia.
“Desarrollo de la comercialización de productos apícolas del grupo Guasamayo” fue el trabajo ganador en la categoría “Emprendimientos asociativos de productores no capitalizados”. Desde El Portezuelo (La Rioja), este trabajo promueve el desarrollo de canales de comercialización de los principales productos de la colmena y sus derivados, así como la mejora de la infraestructura y la implementación de normas de calidad.
En el marco de la categoría “Campañas de difusión y educación que promuevan los hábitos saludables, la innovación y sustentabilidad agroalimentaria”, dos experiencias se alzaron como ganadoras del premio.
Por un lado, fue distinguido el “Plan de capacitación en Buenas Prácticas Agrícolas obligatorias en el sector frutihortícola”, que realizan en forma conjunta el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, INTA y Senasa. Este proyecto promueve la implementación de las Buenas Prácticas Agrícolas obligatorias incluidas en el Código Alimentario por Resolución 5/2019.
Por otro lado, fue premiado el proyecto educativo “¡Así son los suelos de mi país!”, impulsado por la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA) con el apoyo técnico de la Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo, INTA y FAO Argentina. La iniciativa trabaja por la concientización del recurso natural y su importancia para la producción y el ambiente en estudiantes de escuelas primarias y secundarias.
Todos los premiados en las siete categorías.
El trabajo “Desarrollo de la indicación geográfica de miel de azahar de limón de Tucumán” resultó ganador de la anteúltima categoría “Valorización de especies y productos típicos locales”. La experiencia apuntó a aumentar los ingresos de pequeños productores apícolas asociados mediante la valorización de un producto típico de la provincia de Tucumán, la miel monofloral de citrus limón.
Como parte de la misma categoría, se entregaron dos menciones especiales: una para el emprendimiento Inti Atún por la producción de torrados café de tres frutos (algarroba, mistol y chañar) y otra para el estudio “Papa andina oca: un nuevo ingrediente para elaborar productos dulces”, orientado al agregado de valor del alimento.
Por último, la categoría “Jóvenes emprendedores rurales” otorgó el primer premio para el proyecto “Producción social de alimentos agroecológicos con técnicas de propagación vegetativa acelerada en vermicompost”. Creada por técnicos y profesionales para ámbitos educativos, esta iniciativa promueve los aprendizajes en la elaboración de vermicompost en pos de mejorar la productividad de las huertas y el reciclado de residuos orgánicos.
En el marco de la misma categoría, la cooperativa agropecuaria “La Argentina” –que cuenta con una majada de 400 animales– recibió una mención especial por su trabajo en curtido artesanal de cueros ovinos. Esta estrategia agrega valor a su actividad principal basada en la producción ovina de triple propósito (lana, leche y carne).