El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) estimó que la producción de carne de cerdo en Argentina para el 2025 crezca un 32% hasta alcanzar unas 750 mil toneladas.
En el año 2017 la producción fue de 566.000 toneladas, un 8% superior al año anterior. Y para este año se esperan 605.000 toneladas, según el análisis que hizo la Bolsa de Comercio de Rosario en base a los datos del USDA.
En Argentina existen 244 establecimientos procesadores de porcinos habilitados, entre ellos hay mataderos frigoríficos, mataderos municipales y mataderos rurales. La distribución territorial de los establecimientos faenadores e industrias de chacinados responden a la localización de la actividad primaria y los centros de consumo. En consecuencia, en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos se sitúan 135 establecimientos faenadores que concentran el 83% de las cabezas faenadas en el país, indicó el informe de la Bolsa rosarina.
En la provincia de Buenos Aires se ubican 59 mataderos-frigoríficos y 3 mataderos municipales; la provincia de Córdoba cuenta con 28 mataderos-frigoríficos y Santa Fe con 22; mientras que en Entre Ríos se localizan 23 mataderos-frigoríficos y 3 mataderos municipales. En 2017, en el territorio de estas cuatro provincias se faenaron 5,2 millones de cabezas, cuando en el resto del país aquel año se faenaron sólo 1,2 millones de cabezas más.
El total de faena en 2017 (6.425.216 cabezas) es más de tres veces la cantidad faenada 20 años atrás en 1997 (1.740.000 cabezas). Además, según datos del Senasa, en los primeros siete meses de 2018 se faenaron en Argentina 3.899.555 cabezas de ganado porcino, un 7% más que durante el mismo período el año pasado y un 14% por encima de la cantidad de cabezas faenadas a julio de 2016.
Los grandes establecimientos, que conforman el decil superior de la capacidad productiva nacional, son capaces de mover más del 80 % de los animales enviados a faena. Mientras que las unidades productivas de menor escala, que representan el 60 % del total, cubren sólo el 3,5 % del abastecimiento para faena, destacó el informe.
La mayoría de los productores porcinos envían menos de 500 cabezas a faena por año, lo que equivaldría a 1,5 cabezas diarias si se supone una distribución temporal lineal. La atomización del mercado en pequeñas unidades productivas conlleva varias restricciones de escala: limita la utilización de tecnologías más eficientes, impide garantizar la estandarización de la calidad del producto que es clave para los mercados, así como también imposibilita reunir grandes volúmenes o proveer un suministro constante,.
Aunque tiene la ventaja de ser un rubro que le permite diversificar su producción al pequeño y mediano productor agropecuario y generarle un ingreso adicional alternativo. Una exitosa estrategia nacional de producción de carne de cerdos debe siempre integrar a todo tipo de productores, elevando la calidad y seguridad alimentaria.
Fuente: Clarin