La mala calidad del grano de soja en la campaña 2017/18 significa una complicación más en un año en el que se perderán 20 millones de toneladas de la oleaginosa por la sequía del verano.
La tregua de lluvias que sucedió durante los últimos tres días sirvió para que, en muchos campos en los que el piso soportaba el paso de las cosechadoras, se reactivara la cosecha de soja.
Pero los resultados que se vieron en las tolvas fueron aún peor de lo esperado, según diversos reportes de productores que se difundieron en las últimas horas: granos brotados o con fuertes daños de calidad por la humedad, con alta presencia de hongos, lo que significa una complicación más en un año en el que se perderán 20 millones de toneladas de soja por la sequía del verano.
“Es un desastre. Se han reducido un poco más los rindes: si esperabas dos mil kilos, te salen 1.800” frente a 3.000 kilos de un año “normal”. “Pero lo peor es la calidad, mermas de entre 40 y 60 por ciento”, comentó el productor rural y ex presidente de Coninagro, Marco Giraudo, a Agrovoz.
Sobre el destino que se le está dando al grano, Giraudo dijo que están buscando comercializarlo y que los acopios lo intentan mezclar con soja seca, pero es algo complicado. “Además, al estar tan dañados, el descuento de precio es muy grande. Un problemón”, completó.
En este contexto, el INTA Marcos Juárez difundió un video grabado por la ingeniera agrónoma Silvia Distéfano, en el que analiza el panorama sanitario que muestra la soja en estos momentos. Según la agrónoma a los problemas de aperturas de vainas y granos “abollados” o podridos, se suma el regreso de las chinches. “Están picando de nuevo porque los granos están tiernos. Y son aberturas por las que pueden ingresar más hongos de los que típicamente atacan la soja, como Fusarium”, alertó la especialista.
Para la experta, el problema actual es aún más grave que el ocurrido en la campaña 2015/16 cuando un exceso de lluvias en abril también complicó la cosecha y provocó que se perdieran miles de toneladas y otras tantas sufrieran daños de calidad.
Distéfano recordó que hace dos años abril acumuló 140 milímetros, pero este año fueron casi 200, con el agravante de que en esta oportunidad no salió el sol y además las temperaturas estuvieron cuatro grados por encima del promedio histórico.