Desde el 1° de febrero, distintos productos de pollo y cerdo fueron beneficiados con una rebaja en el IVA, que pasó del 21% al 10,5%. En teoría, esta disminución en la alícuota debería reflejarse en una caída del precio por parte de los proveedores tendrían que bajar su precio de ventas a las cadenas de supermercados.
En declaraciones periodísticas, la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA), señalaron «su sorpresa y alarma, al comprobar que sus proveedores pretenden apoderarse de las rebajas del IVA implementadas por el Gobierno a través de la Ley 27.430″.
En este sentido, agregaron que “los precios de las empresas productoras no han descendido en el porcentaje equivalente a dicha reducción, a pesar de que en las facturas se hace constar la nueva tasa». Desde la Cámara advirtieron que «este es un tema nuevo, porque la rebaja es a partir del primero de febrero, pero los proveedores no la aplican, o mejor dicho, la aplican pero se quedan con la diferencia. No trasladan la rebaja del IVA al precio del producto».
Desde el sector supermercadista sostienen que la provisión de pollos se concentra en dos operadores que «suben permanentemente los precios, especialmente en los últimos dos meses». Como contrapartida, señalaron que el rubro cerdos es un mercado más competitivo y no advierten esas maniobras de precios en el sector.