A mediados de agosto, el servicio sanitario chileno decidió inhabilitar a 12 frigoríficos argentinos, el 40% de las que estaban autorizados, luego de una auditoría efectuada cuatro meses atrás. Entre las plantas vedadas están algunas de las mayores exportadoras del país.
Según Alejandra Groba, de Fax Carne, una hipótesis que circula entre los industriales es que podría tratarse de una represalia por una demora en la habilitación argentina de plantas chilenas, que pretenden enviar al país carne ovina, vacuna, pollo, cerdo y pescado.
“Nos llama la atención una medida tan drástica. Si hubiesen detectado problemas tan graves durante la inspección, el cierre debió haber sido inmediato”, dijeron desde un frigorífico. “En algunos informes aparecen cuestionamientos que no habían sido comentados durante la auditoría, algo inusual. Por otro lado, lo lógico habría sido una intimación con plazo para resolverlo, antes que la inhabilitación”, agregaron desde otra planta.
De acuerdo con empresas afectadas, se conoció que no habría marcha atrás con la medida antes de fin de año, a pesar de que las autoridades del Senasa presentaron ante el servicio sanitario chileno una devolución de las observaciones hechas por ese país.
La preocupación radica en que Chile es uno de los mejores mercados para los delanteros argentinos. En el acumulado de los primeros siete meses de 2017, fue el segundo destino de la carne del país, con 16.693 toneladas exportadas por US$139 millones.