Los productores ganaderos de Argentina están rematando las hembras de sus rodeos al ritmo más alto de los últimos 30 años para aprovechar los altos precios generados por la voraz demanda de China, en momentos en que atraviesan dificultades financieras.
Para evitar una mayor devaluación del peso y limitar la alta inflación, el Gobierno avala actualmente una tasa de interés del 60%, lo que ha logrado estabilizar la economía tras meses de crisis pero mantiene paralizada la actividad.
Como el sector ganadero necesita de altos niveles de inversión a largo plazo para retener sus hembras y no cuenta con crédito barato, está vendiendo sus vacas a los valores históricamente altos que está pagando China, en lugar de guardarlas para una reproducción que aseguraría el crecimiento del rodeo.
«El centro del problema está vinculado al tema financiero, junto a una oferta tan tentadora como es la vaca de exportación (a China), con precios tan siderales», explicó a Reuters Carlos Iannizzotto, presidente de la asociación de productores rurales Coninagro.
Según la cámara de la industria de la carne Ciccra, en el primer semestre de 2019 las hembras representaron el 50,1% de los animales faenados, el nivel más alto de los últimos 30 años, lo que, de extenderse en el tiempo, podría recortar el rodeo argentino en hasta 400.000 cabezas a inicios del 2020.
Expertos del sector consideran necesario que la tasa no supere el 43% para sostener el nivel de existencias.
En marzo, el rodeo bovino de Argentina era de casi 53 millones de animales, de acuerdo con el ente de sanidad estatal Senasa.
CUESTIÓN DE SUPERVIVENCIA
China demanda en su mayoría carne de reses hembras, lo que ha impulsado el precio de la categoría un 88% interanual en el principal mercado de hacienda de Argentina, a un promedio de 43 pesos (1 dólar) por kilo vivo.
Tras la firma de varios protocolos con China en el último año, las exportaciones argentinas de carne bovina al gigante asiático se multiplicaron: entre enero y mayo los embarques con destino a puertos chinos representaron el 72% del total de las 180.000 toneladas vendidas, según Ciccra.
«Es una decisión de supervivencia», dijo Miguel Schiaritti, presidente de Ciccra, con respecto a la venta de hembras.
«Esta exportación a China le permite al productor no tener que regalar la vaca. La vende a buen precio, es una bendición. Si bien estoy empezando a preocuparme porque estamos siendo demasiado chino-dependientes», agregó.
El aumento del comercio con China se da en momentos en que los agricultores locales aún evalúan el impacto que tendrá el acuerdo celebrado el mes pasado entre el bloque comercial Mercosur y la Unión Europea (UE).
El trato, que fue acogido con un optimismo muy moderado por muchos productores locales, contempla el ingreso a la UE de una cuota anual de 99.000 toneladas de carne a una tasa de 7,5% del bloque compuesto por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
«La inserción internacional pasa por la cuestión impositiva y financiera», dijo Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA).