El Ing. Agr. Gabriel Blain, investigador de la institución, expuso sobre la temática de su tesis y explicó los resultados a los que arribó a partir de su investigación
Un nuevo Seminario Técnico se realizó en la Estación Experimental “Ing. Agr. Guillermo Covas” INTA Anguil. En esta oportunidad, el Ing. Agr. Gabriel Blain, profesional de la unidad, hizo una presentación de su tesis de maestría sobre el efecto de la altura de corte en dos cultivares de alfalfa de grados de dormancia invernal contrastantes. La referida tesis se titula “Respuesta a la severidad de corte en dos cultivares de alfalfa que contrastan en su grado de reposo invernal”.
Según explicó el Ing. Agr. Blain, en Argentina, más precisamente en la Región Pampeana, las pasturas perennes base alfalfa (puras y/o consociadas) constituyen el principal aporte de forraje para una gran parte de los sistemas de producción animal de carne y leche. A pesar de ello, la siembra de pasturas perennes como estrategia forrajera ha decrecido fuertemente en los últimos 24 años, mientras que la siembra de cultivos forrajeros anuales se ha incrementado sustancialmente. En consecuencia, la presión de pastoreo sobre el área de pasturas perennes se ha incrementado, particularmente en momentos del año en los que se conjuga una menor capacidad de crecimiento de las pasturas con una gran superficie de barbecho (i.e. otoño).Esta presión excesiva de pastoreo lleva a que las pasturas de alfalfa se hayan visto sometidas a altas frecuencias y elevadas intensidades de defoliación que afectan severamente su persistencia. Al respecto, la persistencia de las pasturas perennes en base a alfalfa en la actualidad es de tres años.
El manejo de la defoliación debiera ocupar un lugar más que relevante cuando hablamos de garantizar elevadas producciones de pasto y mayor persistencia de pasturas. En relación con ello, la recomendación del 10% de floración está basada en investigación y literatura norteamericana, la cual pone énfasis en sistemas que utilizan la alfalfa para la confección de reservas forrajeras y por lo tanto pueden cortar una gran parte de la superficie de alfalfa en muy poco tiempo. En nuestro país, bajo condiciones de pastoreo rotativo y bajo condiciones que propician altas tasas de crecimiento y desarrollo, esperar el 10% de floración para comenzar a pastorear implica que una gran parte de la superficie será pastoreada con niveles de floración superiores a dicho valor (e.g. 50% de floración); lo que comúnmente se conoce como pasturas “pasadas” o de mala calidad y que deriva en importantes mermas en la producción secundaria (carne y leche).
Es por esto, que para evitar que los animales tengan que consumir pasturas de menor calidad, las pasturas de alfalfa son pastoreadas con elevada frecuencia, siendo los intervalos entre pastoreos cada vez menores. Este efecto, adicionado a la baja proporción de pasturas de alfalfa en los sistemas productivos trae como consecuencia elevadas presiones de pastoreo, sobre todo en momentos del año como el otoño en los cuales las plantas de alfalfa deberían ser defoliadas de manera menos frecuente para permitir la recuperación de reservas en raíces y corona que serán utilizadas durante el invierno y el rebrote primaveral.
Finalmente, la combinación de alta frecuencia y elevada severidad de defoliación genera disminuciones en la productividad aérea y una mayor, y más frecuente, dependencia de las reservas de carbono y, principalmente, nitrógeno ubicadas en raíces y corona. Esto suele determinar severas reducciones de la biomasa perenne (corona y raíz) de las plantas de alfalfa lo cual se ha asociado con reducciones en la persistencia de las pasturas. Trabajos previos sugieren que esto podría ser atenuado dejando una mayor cantidad área foliar residual o biomasa de hoja y de tallo por debajo de la altura de corte.
En lo referido a cultivares de alfalfa, las diferencias en porte y longitud de entrenudos entre plantas que difieren en su grado de latencia invernal (GRI) determinan que, ante una altura de corte similar, una mayor cantidad de nudos y/o de área foliar podrían quedar por debajo de la altura de corte en un cultivar de mayor latencia invernal (i.e.: G6 con menor porte y longitud de entrenudos) respecto de un cultivar de menor latencia invernal (i.e.: G10 con mayor porte y longitud de entrenudos). De hecho, el menor porte y hábito más postrado de los cultivares de mayor latencia invernal se ha asociado con una mayor resistencia al pastoreo debido posiblemente a que dicha estructura les permite mantener una mayor cantidad de área foliar residual por debajo de la altura de corte o pastoreo; es decir que dicha resistencia se explicaría por un mecanismo de escape.
En alfalfas defoliadas con una frecuencia de defoliación superior a la usualmente recomendada (como por ejemplo defoliaciones muy anticipadas al estado del 10% de floración) las hipótesis planteadas fueron las siguientes:
1) Cortes menos severos, respecto de cortes más severos, muestran mayor producción aérea, mayor biomasa perenne y mayores contenidos de nitrógeno en biomasa perenne.
2) El efecto de la severidad de defoliación será mayor en el cultivar con reposo invernal intermedio que en el cultivar sin reposo invernal
Para este estudio se planteó como objetivo general evaluar el impacto de la severidad de corte y el grado de reposo invernal sobre el crecimiento aéreo y aspectos asociados a la persistencia (biomasa y contenido de nitrógeno en raíces y corona) en plantas de alfalfa defoliadas con elevada frecuencia.
Entre los objetivos específicos se mencionan:
Evaluar en dos cultivares de alfalfa que contrastan en su grado de reposo invernal el impacto de dos severidades de cortes sobre:
– la biomasa aérea producida, la biomasa cosechada, la biomasa perenne (corona más 30 cm superiores de raíz principal), la biomasa remanente y el área foliar remanente,
– el número de tallos jóvenes, los nudos por tallo joven del remanente y la altura de plantas,
– la concentración y el contenido absoluto de nitrógeno en biomasa aérea y biomasa perenne.
Sobre los resultados
En ambos cultivares, las plantas cortadas a 10 cm mostraron mayor crecimiento aéreo que las cortadas a 4 cm, debido básicamente a una mayor cantidad (área foliar y biomasa) y calidad (%N) de fuente en el remanente y a una mayor cantidad de destinos (nudos por tallo joven) en el remanente. La biomasa perenne y el contenido de nitrógeno en la misma sólo habrían tenido relevancia al salir de la época fría. Los cultivares no difirieron en biomasa aérea producida acumulada.
En otoño-invierno y al analizar el corte residual, el cultivar G6 cortado a 4 cm mostró menores valores de biomasa perenne y menor contenido de nitrógeno en la misma. Esta respuesta estaría asociada a que el tratamiento G6-4cm mostró una menor relación “fuente: destino” (i.e. mg de N en remanente por nudo en tallo joven del remanente) y habría priorizado la formación de tejidos aéreos. Bajo las condiciones de estudio, ante defoliaciones frecuentes (i.e. cada 370 GDA) y severas (i.e. 4 cm) la necesidad de un descanso otoñal sería mayor en el cultivar con latencia invernal intermedia. Con defoliaciones frecuentes pero menos severas (i.e. 10 cm) la necesidad de dicho descanso sería menos relevante. Sin embargo, esto aún debe ser corroborado. Para más información: