El histórico Mercado de Hacienda de Liniers, ubicado en el barrio de Mataderos, debe encontrar rápidamente un nuevo hogar. El predio actual, que pertenecen a la Agencia de Administración de Bienes del Estado, tiene la concesión vencida desde 2001, el plazo definitivo para salir de la Ciudad vence a fin de año, y en el Gobierno porteño ya se encuentran evaluando proyectos para darle un nuevo destino, posiblemente un polo gastronómico.
Los consignatarios que trabajan en el Mercado ahora se dividen entre dos opciones: un predio público de unas 30 hectáreas sobre la autopista Ricchieri, en el partido de Ezeiza, o un terreno potencialmente más grande y privado en Cañuelas. La construcción de las nuevas instalaciones representará una inversión privada de más de 12 millones de dólares.
La mudanza es un problema de muy larga data que se relaciona con cuestiones de salud, de reclamos de vecinos, problemas de tránsito y contaminación de los afluentes que desembocan en el Riachuelo. Incluso existe desde el 2001 una ley que prohíbe el ingreso de ganado en pie a la Ciudad, aunque su aplicación se fue postergando por las dificultades para encontrar un nuevo predio.
El traslado se intentó sin éxito en los ’70, ’80, ’90 y a principios del 2000. Incluso se llegaron a comprar terrenos en San Vicente, donde hoy luego de tantas demoras no se puede construir un mercado debido al avance de la urbanización (zona de countries). El último episodio se dio a fines del año pasado cuando la mudanza a un predio del Mercado Central, en el partido de La Matanza, casi se concreta. Sin embargo, finalmente el proyecto quedó trunco. La intendente Verónica Magario recurrió a la Justicia argumentando que los líquidos contaminantes, la saturación vehicular y el exceso de peso de los camiones afectaría negativamente la calidad de vida de los vecinos. Le dieron la razón.
Desde hace más de 100 años, el Mercado cumple una función clave para el funcionamiento del sector ganadero: allí se forman los precios de referencia para la compra-venta de animales. Como explica Esteban Sáenz Valiente, de la consignataria Sáenz Valiente, Bullrich & Cía, el Mercado de Liniers “le hace bien a los pequeños y a los grandes productores” porque tanto el “que saca 30 novillos al año” como “el que tiene 40 mil cabezas” envían sus animales a los mismos corralones donde “compiten por los precios y con un montón de compradores”.
A su vez, también influye, a través del Índice de Novillos de Liniers, en los precios de otras actividades como los arrendamientos de los campos o el precio de los pastajes. “Por eso hay que dedicarle mucho tiempo y cabeza a tomar una decisión que sirva para el bien común de consignatarios y productores”, plantea Sáenz Valiente ante la consulta de Infobae.
El Mercado se mudó a Mataderos a fines del siglo XIX. Los “Corrales Viejos” estaban en Parque Patricios pero los desbordes del Riachuelo motivaron una relocalización a una zona más alejada, que por entonces no tenía nombre oficial pero estaba a media legua de Liniers. También se la bautizó informalmente Nueva Chicago, por la similitud con el mercado de la ciudad norteamericana que en esos años era el más moderno del mundo. Tras una década de construcción, comenzó a operar el 2 de mayo de 1901. A su alrededor se formó el barrio de Mataderos, llamado así por las instalaciones para faenar animales.
Funcionó durante décadas con las alzas y bajas propias de la economía argentina. En los ’90, al calor de las reformas de mercado, fue dado en concesión a una firma privada (Mercado de Liniers SA) formada por 110 firmas consignatarias. Así opera todavía hoy.
Ezeiza
El terreno de Ezeiza tiene unas 30 hectáreas, está ubicado en el kilómetro 22,5 de la autopista Ricchieri y, al igual que el predio actual, pertenece a la Agencia de Administración de Bienes del Estado, por lo que la concesionaria tendría que seguir pagando un canon anual. Desde la Municipalidad, aclaran que no habría problemas con los vecinos debido que está rodeado por un terreno donde pastan los caballos de la policía y por otro donde hay antenas pertenecientes a Nación. Tampoco está pegado el predio de la AFA, como trascendió en un primer momento.
Fuentes del Gobierno de la Ciudad explicaron a Infobae que esta es la opción que está más avanzada principalmente por el “buen acceso”, porque “está mucho más cerca” y tiene el visto bueno del intendente Alejandro Granados. No obstante, aclaran que sienten “tranquilidad” porque todas las propuestas en discusión “son para mejor”. También reconocen que la construcción podría demorar más de un año, por lo que sería imposible cumplir con el plazo de mudanza para diciembre de 2018.
Cañuelas
Por su parte, el predio de Cañuelas sería sobre terrenos privados sobre la ruta 6. Como explica el intendente Gustavo Arrieta, Cañuelas es un “distrito de frontera con una fuerte identidad ligada a lo rural” y el predio se encuentra en un punto logístico “estratégico” atravesado por la autopista Ezeiza-Cañuelas, la ruta 6, la ruta 205 y la ruta nacional 3.
“Tenemos mucha potencialidad porque no hay ningún tipo de limitación para la expansión y el predio cuenta con fuerza motriz, electricidad, gas y mucha conectividad. Esto permite un tratamiento y evacuación de efluentes líquidos eficiente y la posibilidad de generar energía a partir de estos efluentes, utilizando desde biodigestores (producen gas metano y fertilizante a partir de excremento de ganado) hasta otras alternativas”, detalla Arrieta a Infobae.
Ambos municipios aceptarían el traslado por los puestos de trabajos directos e indirectos, los recursos captables a través de impuesto o tasas, y el consumo en la zona que se generarían. Las negociaciones siguen abiertas.