La cultura y las costumbres entre Uruguay y Argentina tienen tanto en común que ambos países comparten –y se pelean por– asuntos vinculados al arte, al deporte y a la comida, entre otros. Un clásico del Río de la Plata que se da en ese marco es quién ostenta el trofeo en consumo de carne vacuna por habitante, una copa que va pasando de un país al otro, aunque en los últimos años este lado de la orilla ha sido el campeón.
Esto se repitió en 2017, cuando los uruguayos comieron 59,2 kilos de carne de vaca por persona durante el año, de acuerdo a un informe elaborado por el Instituto Nacional de Carnes (INAC) y publicado este jueves, frente a los 58 kilos registrados por los argentinos.
El dato global de carnes, incluyendo cerdo, pollo, cordero y demás especies animales fue, sin embargo, inferior en Uruguay que en Argentina que en Uruguay: 118,4 kilos frente a 100,9 de este lado del río.
En la comparación local del año pasado frente a 2016, el INAC registró un aumento de dos kilogramos por individuo. El mayor aumento correspondió a la carne bovina, que pasó de 57,8 kilos a 59,2. El consumo promedio de pollo en 2017 aumentó 400 gramos, a 20,4 kilos, y el de cerdo 300 gramos, a 18,3 kilos. La ingesta de carne ovina, en cambio, disminuyó 300 gramos, a apenas 3 kilos por año por persona.
El estudio señala que la bovina representó en 2017 el 58,7% del total de carne consumida, mientras que en el caso de la aviar fue de 20,2%, la porcina de 18,1% y la ovina 3%.
Aunque todas las carnes se encarecieron para el público en 2017, tanto el Índice Medio de Salarios como el salario real también crecieron, lo que influyó en el consumo, explicó a El Observador el presidente del INAC, Federico Stanham, que a su vez sostuvo que se ha mantenido “todo medio estable a pesar del leve aumento”.
Las variaciones en términos nominales mostraron que todas las carnes incrementaron su precio: pollo 23%, cerdo 11,3% y vaca 2,9 % (por debajo de la inflación anual de 6,6%).
“Hay que tener en cuenta que en 2017 hubo una recuperación del salario real, que en lo que tiene que ver con el consumo de proteína animal está relacionado con el ingreso en los países de renta media”, comentó.