La invernada recuperó parte del precio perdido durante las últimas semanas y las relaciones de compra venta instantáneas volvieron a subir. El año termina con terneros de reposición un 30% más caros que los terneros de consumo, un 40% por encima de los novillos livianos, y un 50% por encima de los novillos pesados. Los buenos precios de la invernada generan en los engordadores, la disyuntiva entre vender y capturar los precios actuales, o seguir hacia adelante con un engorde bajo la expectativa de una suba del gordo en febrero-marzo.
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