En esta visita a Cabaña El Trece, Oscar Palos y sus hijos Darío y Gustavo comparten su trayectoria, la dedicación diaria al manejo ganadero y los preparativos para las principales exposiciones de la región, mostrando cómo la tradición y la innovación se combinan en su labor.
En esta visita a la cabaña «El 13», ubicada en Macachín, La Pampa, Oscar Palos y sus hijos Darío y Gustavo nos abren las puertas de su campo y comparten su pasión por la ganadería. Esta cabaña familiar es reconocida por su dedicación en la producción de toros y vaquillonas Angus de alta calidad, con un enfoque especial en la selección genética y la cría controlada.
La conversación comienza con Oscar Palos describiendo la importancia de la selección rigurosa que realizan cada año en su producción. Comenta que aunque pueden producir hasta 100 toros anualmente, la selección que realizan es clave para mantener la calidad genética de los animales. De los toros seleccionados, aquellos que no alcanzan el estándar requerido se venden como novillos a cooperativas, como la Trucco, donde Oscar participa en la sección ganadería. Además, señala que su producción está orientada tanto al consumo local como a la exportación, con orgullo por la calidad de su carne, que promedia un rendimiento del 59% a 60%.
“Aunque podemos producir hasta 100 toros al año, la selección es clave para mantener la calidad genética de nuestros animales.”
La charla continúa con una discusión sobre las exposiciones ganaderas en las que participa la cabaña El 13. Oscar destaca la importancia de eventos como la Exposición de Santa Rosa y Bahía Blanca, donde la familia Palos muestra sus mejores animales. Las exposiciones permiten a la cabaña mantener su prestigio y seguir expandiendo su clientela en la región pampeana y más allá.
Darío y Gustavo, los hijos de Oscar, explican el trabajo diario en la cabaña, que incluye el manejo de los corrales, la alimentación de los animales, y el seguimiento detallado de cada ternero desde su nacimiento. Darío menciona el proceso de selección que comienza desde el momento en que nace un ternero, cuando se pesa, se identifica por padre y madre, y luego se sigue de cerca su desarrollo. Gustavo agrega que, aunque el trabajo es exigente, la pasión por la ganadería es lo que los impulsa a continuar día a día.
En cuanto a la selección de animales, explican que se hace una clasificación rigurosa al destete, donde los animales que no cumplen con los estándares son castrados. Los que pasan la selección continúan siendo evaluados para determinar su potencial como reproductores. Gustavo también destaca la importancia de seleccionar animales que se adapten bien al clima riguroso de la región y que tengan buen comportamiento en términos de ganancia de peso.
La conversación también se centra en las exposiciones recientes en las que han participado, como la de Cañuelas y Realicó, y las próximas a realizarse en Santa Rosa y Bahía Blanca, donde llevarán un trío de toros y dos tríos de hembras puras controladas. Estos animales han sido seleccionados cuidadosamente para representar lo mejor de la genética de la cabaña El 13.
“La ganadería tiene un componente emocional y humano irremplazable, el calor de los animales y el vínculo con los clientes hacen que esto sea nuestra verdadera pasión.”
Finalmente, la charla concluye con Oscar reflexionando sobre lo que significa ser cabañero. Para él, más allá de la rentabilidad económica que pueda ofrecer la agricultura, la ganadería tiene un componente emocional y humano irremplazable. El calor de los animales y el vínculo con los amigos y clientes hacen que la ganadería sea su verdadera pasión, una pasión que ha logrado transmitir a sus hijos, asegurando la continuidad de la cabaña El 13.
Oscar, Darío y Gustavo expresan su gratitud hacia su clientela y el apoyo que han recibido a lo largo de los años, destacando que su esfuerzo y dedicación han sido fundamentales para posicionar a la cabaña El 13 como una de las más reconocidas en la región. Con esta visita, queda claro que la familia Palos seguirá manteniendo su compromiso con la calidad y el trabajo duro, asegurando que la cabaña continúe creciendo y destacándose en el competitivo mundo de la ganadería.
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