La cooperativa láctea Fonterra, de Nueva Zelanda, estaría nuevamente interesada en la compra de la cooperativa argentina SanCor, tras evaluar las ventajas que se le ofrecen a partir de algunas ventajas que ofrece el proyecto de reforma tributaria del Gobierno argentino y por la quita de ciertos desvíos que iban de la empresa al sindicato de los trabajadores lácteos.
La versión la expresó el periodista Carlos Pagni en el canal LN+ quien anticipó que, tras retirarse de la posible operación de compra hace más de un mes, “ahora, con esta reforma tributaria, los neozelandeses dicen que sí se van a ‘tirar a la pileta’ y daría la impresión de que los Fonterra (sic) decidieron hacer la inversión en Sancor”.
¿Cuáles son los beneficios que ven? La rebaja del impuesto a las ganancias a las inversiones, las devoluciones de IVA, la quita gradual del impuesto al cheque y las rebajas de impuestos internos como Ingresos Brutos.
“Pero lo curioso es que, para que se concrete esta operación, hubo que corregir una enorme desviación: los gerentes de Sancor pagaban una cifra sideral a la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera para que el sindicato guardara silencio respecto de determinadas desviaciones que había en Sancor, que explican la quiebra” de la cooperativa.
Según Pagni, esa situación deja “en la mira” al secretario general de Atilra, Héctor Ponce, quien “lograba salarios espectarucalres que distorsionaban a todo el negocio de la industria láctea a cambio de guardar silencio de todo lo que pasaba en SanCor”.
El acuerdo
Hace unas semanas, el Gobierno, las empresas lácteas, los entidades de tamberos y Atilra firmaron un acuerdo con modificaciones del convenio colectivo de trabajo, en el cual fundamentalmente se acordó la reducción del aporte de las empresas al sindicato para salud y capacitaciones, de 3.700 pesos por trabajador a 1.500 para las grandes industrias y 750 para las más chicas.
-Otros puntos relevantes fueron la modificación en la liquidación del presentismo: se va a seguir pagando el 20%, pero antes se liquidaba en cuatro etapas y se descontaba porcentualmente las faltas. Ahora, si falta más de dos días se descuenta el total del premio por asistencia.
-Accidentes de trabajo y enfermedades inculpables: el trabajador que lo sufría podía faltar hasta dos años cobrando integralmente el salario y los aportes (en el resto de las actividades es de un año). Ahora, en el segundo año, no se paga el aporte jubilatorio.
-Pausa jornada laboral: sigue siendo de 30 minutos en las jornadas de ocho horas. La diferencia es que ahora lo pueden hacer por grupos y no todos juntos, para no interrumpir la línea de producción.
-Trabajo de fines de semana y feriados: se sigue pagando al 150%, pero se habilita a los “franquistas” al 100%.
-Inclusión: siguen incluidos en Atilra los preventistas, repositores, distribuidores, trabajadores de la cocina, limpieza y vigilancia.